La presidenta de Perú, Dina Boluarte, compareció este miércoles ante los fiscales que la investigan por el “Rolexgate”, un caso de presunta corrupción que tiene en la mira a su ya debilitado gobierno.
Es la segunda vez que Boluarte es citada a declarar desde que en marzo estalló el escándalo de los relojes de lujo Rolex y joyas que no consignó en su lista de bienes.
Por este caso la fiscalía la investiga por la presunta comisión del delito de enriquecimiento ilícito y omisión de consignar bienes en documentos. También indaga si incurrió en “cohecho pasivo impropio”, un delito que implica recibir beneficios indebidos por parte de funcionarios públicos.
En su primera declaración ante la fiscalía el pasado 5 de abril, Boluarte indicó que los relojes Rolex le fueron entregados en préstamo por su amigo y gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima.
La presidenta enfrenta además un nuevo escándalo por presunta corrupción que involucra a su hermano mayor, Nicanor Boluarte, quien fue detenido el viernes de manera preliminar por un plazo de hasta 10 días por orden de un juez.
Nicanor Boluarte está bajo sospecha de comandar una red de corrupción que nombraba funcionarios a cambio de sobornos, aprovechando el “poder de facto” que recibió de su hermana, según el poder judicial.
La presidenta ingresó a la sede de la fiscalía, en el centro de Lima, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
Al tiempo que responde ante la justicia, Boluarte encara el intento de la minoritaria oposición de izquierda de someterla a un juicio de destitución en el Congreso, dominado por la derecha.
La mandataria, cuya desaprobación alcanza el 88% según una reciente encuesta de Ipsos, carece de bancada propia y partido, por lo que el apoyo de las fuerzas conservadoras es clave para que pueda terminar su mandato en julio de 2026.
“¡Vamos a seguir caminando hasta el 28 de julio del 2026! Porque aquí el pueblo escogió una fórmula presidencial y conforme a la Constitución eso se debe de respetar”, dijo la mandataria el martes en un acto público.
En apenas ocho años, Perú ha tenido seis mandatarios, en medio de la peor ola de inestabilidad política de su historia moderna.