La tarde del martes 29, la Policía llevó a cabo un intercambio de detenidos, liberando a 14 personas que habían sido arrestadas a cambio de 14 policías que estaban retenidos por bloqueadores en la localidad de Mairana. Durante el operativo, también se logró recuperar algunas armas de fuego que habían sido sustraídas del comando policial.
La Defensoría del Pueblo tuvo un papel clave en las negociaciones para que el intercambio fuera posible. Pedro Calisaya, representante de la Defensoría, informó sobre su intervención en el proceso e hizo un llamado a la paz, pidiendo el cese de los enfrentamientos. Calisaya explicó que los hechos de violencia habían escalado en la zona, obligando a la Defensoría a participar junto con el Comando Departamental de la Policía de Santa Cruz en las negociaciones, las cuales concluyeron con la liberación tanto de los policías como de las personas involucradas en los bloqueos.
Las 14 personas arrestadas habían sido detenidas esa misma mañana durante un enfrentamiento entre la Policía y un grupo afín al expresidente Evo Morales, que tomó el control del municipio de Mairana, a 135 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz. En el mismo enfrentamiento, los 14 policías fueron capturados, agredidos físicamente y despojados de sus armas. Además, tres periodistas que también fueron retenidos por los manifestantes recuperaron su libertad tres horas después del incidente.
En cuanto a las armas sustraídas, Luis Ángel C., un habitante de Mairana, entregó tres rifles lanza gases al comandante de la provincia Florida, Luis Solares Sembler. Luis Ángel señaló que los bloqueadores, a quienes describió como personas ajenas a la localidad, le pidieron que usara esas armas en contra de los propios policías. Lamentó, además, la violencia ejercida contra los agentes.
Por su parte, Sembler indicó que se ha iniciado una investigación para recuperar las demás armas que fueron robadas del comando policial de Mairana. Actualmente, se está llevando a cabo un inventario para identificar todos los elementos sustraídos.
Tras el intercambio y la devolución parcial de las armas, la Policía se replegó de la zona, mientras los bloqueadores permanecieron en el lugar con el compromiso de permitir el paso de ambulancias y vehículos que transporten alimentos.