Desde las 10:00, el expresidente Evo Morales ha lanzado una campaña para promover una mesa de diálogo que ponga fin a las protestas de sus seguidores en el trópico de Cochabamba y le permita cesar su huelga de hambre, que ya alcanza su tercer día.
En un mensaje inicial, Morales enfatizó la necesidad de un “diálogo sincero” para evitar la violencia y llamó a atender las demandas sociales y liberar a quienes considera “injustamente encarcelados”. Además, solicitó apoyo de organismos y figuras internacionales para un diálogo político y económico efectivo. Este llamado se da en un contexto en el que los simpatizantes de Morales llevan cuatro semanas de bloqueos en Cochabamba, obstaculizando el tránsito a nivel departamental y generando críticas de distintos sectores, que responsabilizan al expresidente de la situación.
Hacia el mediodía, Morales intensificó su convocatoria y dirigió una carta a los “países amigos”, instándolos a mediar para evitar la intervención militar. Más tarde, envió una misiva al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la que reafirmó su huelga de hambre y expuso su preocupación por lo que describe como represión gubernamental. En esta carta, demandó un diálogo que respete los derechos y garantías constitucionales, con la expectativa de alcanzar acuerdos satisfactorios.
Finalmente, Morales se dirigió al defensor del pueblo, Pedro Callizaya, cuestionando su intervención tardía y reiterando su disposición para abrir una mesa de negociación. Por su parte, el Gobierno, a través de la viceministra Gabriela Alcón, manifestó estar dispuesto a dialogar en temas económicos, aunque rechazó aquellos relacionados con los procesos judiciales y la inhabilitación política de Morales como candidato presidencial.