El expresidente Evo Morales, quien cumplía su cuarto día de huelga de hambre, reapareció en público y, por segunda vez, solicitó un cuarto intermedio en los bloqueos de caminos liderados por el “Estado Mayor del Pueblo”, una organización creada por él mismo. A través de una carta leída con dificultad, Morales pidió suspender las medidas de presión mientras se esperaba la convocatoria a un diálogo nacional por parte del Gobierno.
La solicitud de Morales, sin embargo, fue rechazada por las bases del movimiento, quienes mostraron sorpresa y algunas expresaron preocupaciones sobre las posibles amenazas que pudiera estar enfrentando el exmandatario. Morales criticó al Gobierno por no atender las demandas populares relacionadas con el suministro de combustibles, la estabilidad de la divisa y los precios de la canasta familiar. Además, denunció la persecución judicial y la criminalización de luchadores sociales, destacando el caso de los 63 campesinos detenidos en las revueltas de Parotani. De estos, 57 fueron enviados a diferentes penales en La Paz, mientras que otros fueron puestos bajo detención domiciliaria.
A pesar de su solicitud de suspender los bloqueos, la situación seguía siendo tensa, con más de 80 personas enfrentando cargos judiciales por su participación en las protestas, lo que incluía los eventos en Parotani y Mairana. Morales también acusó al Gobierno de usar estos arrestos como una forma de mostrar “fuerza estatal” y ejemplificar la represión hacia los movimientos sociales.