El dirigente campesino Humberto Claros fue trasladado bajo estricta custodia a la sede de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) en La Paz, tras ser capturado en Quillacollo (Cochabamba). Llegó escoltado por una caravana de cinco vehículos y fue recibido en medio de un despliegue policial que, en su llegada, impidió el acceso a los medios en el área de detención.
Un grupo de militantes del Movimiento al Socialismo (MAS) logró acercarse a la puerta trasera de la unidad, desde donde denunciaron presuntos abusos en las detenciones de los dirigentes acusados de organizar bloqueos en las últimas semanas.
Según los propios detenidos, la Fiscalía ha utilizado un documento de imputación único contra los implicados en los bloqueos de Parotani, Mairana y Capinota. Las acusaciones contra los detenidos incluyen cargos graves, como terrorismo, financiamiento del terrorismo, alzamiento armado contra la seguridad del Estado, atentados a los medios de transporte y asociación delictuosa, entre otros. Uno de los principales elementos en la acusación es la presunta distribución y portación de dinamita, una práctica que ha sido observada durante las movilizaciones.
En total, 104 personas permanecen detenidas en diversas cárceles de La Paz, muchas de ellas aprehendidas en el mismo lugar de los bloqueos. Además, el 6 de noviembre, la Procuraduría General del Estado solicitó la captura de Claros, de Ponciano Santos (ejecutivo de los campesinos), y del exministro Juan Ramón Quintana, también bajo el cargo de terrorismo. Se espera que la Fiscalía aclare si la captura de Claros se relaciona directamente con esta solicitud de la Procuraduría.