Este jueves, fuertes lluvias azotaron la región de Cochabamba, dejando huella en varias localidades. En el municipio de Villa Rivero, las precipitaciones no solo afectaron las actividades diarias, sino que estuvieron a punto de desencadenar una tragedia en el Templo San Isidro.
A las 7:00 de la mañana estaba programada una misa en el templo. Sin embargo, debido a la intensa lluvia, la asistencia de feligreses fue mínima. Ante esta situación, el párroco Álvaro Inturias López tomó la decisión de suspender la ceremonia, un acto que, sin saberlo en ese momento, salvó vidas.
“Yo tenía la misa a las 7:00, pero no hubo tantos feligreses. Suspendí, y a las 7:30 el techo se cayó”, relató el padre Inturias. Según explicó, el templo fue construido aproximadamente en 1950 y, con el paso de los años, su estructura se ha deteriorado significativamente. Esto quedó en evidencia con el desplome de la cúpula sobre la zona del altar, justo donde el sacerdote oficia las misas.
Afortunadamente, ningún objeto de valor religioso resultó afectado. “Yo había visto fisuras y pensaba ‘posiblemente se caiga’, por eso retiré algunas cosas del altar”, señaló el párroco. Gracias a esta precaución, las imágenes de la Virgen del Carmen y otros santos fueron puestas a salvo antes del incidente.
El colapso dejó un gran agujero en el techo y escombros cubriendo el suelo, evidenciando la vulnerabilidad de la estructura. Durante un recorrido por el lugar, un equipo de prensa detectó fisuras adicionales en otras áreas del templo, así como signos visibles de humedad que agravaron el deterioro de la edificación.
Ante esta situación, personal municipal se movilizó para limpiar los escombros y asegurar la zona. La Alcaldía de Villa Rivero anunció que realizará una inspección exhaustiva para evaluar los daños y determinar qué medidas correctivas se pueden implementar. Se indicó que el templo fue construido con ladrillo y adobe, materiales que, con el tiempo y la exposición a las inclemencias del clima, han perdido su resistencia.