Adrián Zigarán, interventor del municipio argentino de Aguas Blancas, informó a EL DEBER que el alambrado anunciado recientemente será instalado en línea recta, partiendo desde la terminal de buses hasta las oficinas de Migraciones, sin ubicarse directamente sobre el límite fronterizo con Bolivia.
El principal objetivo de esta cerca, según explicó Zigarán, es garantizar que las personas provenientes de Bolivia realicen el debido control migratorio al salir y reingresar a Argentina por el puerto Chalanas, ubicado en Aguas Blancas. La medida también busca erradicar los pasos ilegales en territorio argentino, ya que, según Zigarán, el 99% de quienes utilizan estos accesos irregulares son ciudadanos argentinos.
La iniciativa contempla la instalación de 200 metros de alambrado y forma parte del Plan Güemes, implementado desde diciembre de 2024 por el Ministerio de Seguridad argentino a través de la Dirección Nacional de Control de Fronteras e Hidrovías. Este plan busca reforzar los controles en las zonas limítrofes del país vecino.
Ante el anuncio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia expresó su preocupación mediante un comunicado oficial, resaltando que «los temas fronterizos deben ser tratados mediante mecanismos de diálogo bilateral establecidos entre los Estados, para encontrar soluciones coordinadas a temas en común». La Cancillería boliviana advirtió que cualquier medida unilateral podría poner en riesgo la relación de buena vecindad y la convivencia pacífica entre ambos países.
A pesar de la postura boliviana, las autoridades argentinas ratificaron que el alambrado será instalado dentro de su territorio y no en la frontera internacional. Zigarán subrayó que el proyecto busca ordenar la circulación de personas, asegurando que todas las entradas y salidas se realicen a través de los controles migratorios y aduaneros establecidos en la zona.
