El presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, dejó en claro desde el inicio de su intervención que no se presentaba como candidato ni tenía soluciones inmediatas para la crisis que atraviesa el país. “No vengo como candidato porque no lo soy, no traigo recetas para salir de las crisis del país, porque no las tengo”, afirmó. Sin embargo, sus palabras adquirieron un peso significativo al provenir de una de las figuras más influyentes del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Ante un auditorio atento, Rodríguez expresó su preocupación por la percepción de que “el modelo plural del MAS ha fracasado”. Reconoció que los actores políticos de todas las corrientes deben asumir con urgencia su responsabilidad para evitar que Bolivia se encamine hacia “un precipicio sin salida”.
Rodríguez hizo una comparación entre los dos modelos económicos que han predominado en Bolivia en las últimas cuatro décadas. Destacó que el modelo neoliberal logró reducir la hiperinflación, pero a costa de un alto impacto social. Posteriormente, el MAS implementó un modelo económico plural que integró la intervención del sector público, privado, comunitario y cooperativo, el cual, según él, tuvo logros significativos, aunque también dejó de responder a las expectativas de la población.
En su análisis sobre el gobierno actual de Luis Arce, Rodríguez fue crítico al señalar que el modelo económico vigente se ha reducido a lo público, configurando un Estado paternalista que ha relegado a un segundo plano las economías privadas, comunitarias y cooperativas.
Además, enfatizó que las malas decisiones políticas tienen consecuencias directas en la economía. “Las malas decisiones políticas derivan en terribles consecuencias económicas”, afirmó, y añadió que “en política falta tolerancia y en economía planificación”.
El panorama se torna más complejo, advirtió, cuando los conflictos políticos se trasladan a las calles con violencia, mediante el uso de bazucas, bates y escudos. “Nos hemos olvidado de la comprensión y tolerancia de ambos lados”, lamentó, en referencia a la polarización política que atraviesa Bolivia.
Después de su diagnóstico, Rodríguez presentó seis “tareas urgentes” que el Gobierno debería asumir para afrontar la crisis económica y política:
- Facilitar e innovar en las condiciones de trabajo y negocio. Señaló que el Gobierno ha gobernado para un sector reducido y ha dejado de lado a los trabajadores informales, quienes son el motor de la economía. Criticó la excesiva burocracia, que ha alejado a la población del Estado y ha empujado a muchos hacia la economía informal.
- Aprovechar los recursos estratégicos con una economía del conocimiento. Rodríguez destacó que los sectores de energía y minerales seguirán siendo pilares fundamentales de la economía boliviana, pero subrayó la necesidad de incorporar la “economía del conocimiento” para maximizar sus beneficios.
- Renovar las grandes empresas estratégicas del Estado. Criticó la diversificación empresarial del Gobierno, mencionando que “el Estado debería estar enfocado en las grandes empresas estratégicas y no en empresas por aquí de pasta de dientes y por allá una de papas fritas”. Propuso que el Estado se concentre en sectores clave, como YPFB o ENDE, donde pueda jugar un papel complementario y competitivo en la economía.
- Impulsar sectores clave de la economía privada. Planteó que sectores como la agricultura, ganadería, turismo y transporte deben recibir mayor atención por parte del Gobierno. Propuso una reforma tributaria y aduanera para facilitar el crecimiento del sector privado y mejorar su competitividad.
- Generar condiciones económicas para los sectores más vulnerables. Rodríguez destacó la importancia de los programas sociales y productivos en comunidades marginadas. Hizo hincapié en que la educación y la salud deben seguir siendo prioridades del Estado, junto con la continuidad de programas que beneficien a la población de escasos recursos.
- Recuperar la estabilidad económica. En su último punto, subrayó que más allá de los discursos políticos, se necesitan medidas concretas como la liberación de importaciones o la eliminación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) al dólar, con el fin de estabilizar la economía.
Finalmente, Rodríguez lanzó un llamado de atención a la clase política para que actúe con responsabilidad y tome medidas concretas para estabilizar la economía. “Si no tomamos acciones ahora, precisamente por las disputas políticas e ideológicas, el país se dirige hacia un precipicio sin salida”, concluyó.