El segundo día del paro del transporte público en Santa Cruz de la Sierra estuvo marcado por enfrentamientos violentos entre transportistas y vecinos. La tensión estalló en la avenida 2 de Agosto, a la altura del octavo anillo, cuando un grupo de ciudadanos intentó desbloquear la vía que había sido tomada por los micreros como parte de su protesta.
Los transportistas, que exigen un incremento en el precio del pasaje, bloquearon distintas vías en la ciudad, afectando la movilidad de la población. Ante esta situación, un grupo de vecinos decidió actuar por su cuenta para despejar las rutas. Sin embargo, la resistencia de los micreros desató una batalla campal en plena vía pública, con el uso de piedras, palos y petardos.
Los enfrentamientos fueron intensos y se prolongaron por varios minutos. Tanto vecinos como transportistas intercambiaron agresiones mientras intentaban tomar el control del espacio. En el conflicto, varios vehículos de transporte público resultaron dañados y algunos conductores, ante el riesgo de ser atacados, optaron por huir con sus motorizados. Otros no tuvieron la misma suerte y sus micros quedaron destrozados en medio del caos.
Como resultado del enfrentamiento, varias personas resultaron heridas, aunque hasta el momento no se ha confirmado el número exacto de afectados. Testigos indicaron que al menos 10 micros sufrieron la rotura de parabrisas y ventanas debido al impacto de objetos contundentes lanzados durante la trifulca.
El conflicto se extendió por distintos sectores de la calzada y dentro del canal de drenaje, donde manifestantes y vecinos continuaron lanzándose proyectiles y corriendo de un lado a otro en busca de resguardo o de mayor ventaja en la disputa. Mientras tanto, los micreros defendían su derecho a la protesta y los vecinos insistían en liberar la vía para restablecer el tránsito.
Ante la escalada de violencia, efectivos de la Policía Boliviana llegaron al lugar para dispersar a los enfrentados y evitar mayores destrozos. Los uniformados utilizaron agentes químicos para frenar la pelea, lo que generó aún más molestia entre los vecinos, quienes cuestionaron la falta de intervención previa para evitar que el conflicto llegara a ese punto.
A pesar de la presencia policial, la tensión persiste en la zona. Algunos vecinos y transportistas continúan en el lugar, con posturas intransigentes y a la espera de refuerzos de sus respectivos bandos. Hasta el momento, no se han reportado detenciones, aunque la Policía solicitó más efectivos para contener la situación y evitar nuevos enfrentamientos.
El paro del transporte público continúa de manera indefinida, con la exigencia de que el precio del pasaje suba de Bs 2 a Bs 2,37 o Bs 2,50. Sin embargo, la Alcaldía de Santa Cruz no ha dado señales de una negociación inmediata con los transportistas.
Los micreros han advertido que, si no reciben una respuesta favorable del alcalde Jhonny Fernández hasta este miércoles, radicalizarán sus medidas de presión. Mientras tanto, la ciudadanía sigue afectada por los bloqueos y la incertidumbre de un conflicto que parece lejos de resolverse.