Sin un anuncio oficial por parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), todo apunta a que el compromiso entre Bolivia y Venezuela, correspondiente a la fecha 15 de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de 2026, se jugará finalmente el viernes 6 de junio en la ciudad venezolana de Maturín. Inicialmente, el cuerpo técnico de la selección boliviana había previsto disputar el encuentro el jueves 5, por lo que este cambio de último momento ha generado contratiempos en la planificación del equipo nacional.
La modificación fue impulsada por la Federación Venezolana de Fútbol, que elevó una solicitud formal a la Conmebol para alterar la fecha del partido. Esta acción se encuentra dentro de las facultades otorgadas por el reglamento del ente rector del fútbol sudamericano, que permite a las asociaciones anfitrionas determinar la sede, el horario y la fecha de sus partidos como locales.
La reprogramación impone un reto significativo para el seleccionador nacional, Óscar Villegas, quien se ha visto obligado a replantear el cronograma de actividades del equipo. Según explicó, el objetivo era disputar el partido ante Venezuela el jueves 5 y regresar ese mismo día al país para iniciar de inmediato la preparación del siguiente compromiso: el partido contra Chile, programado para el martes 10 de junio en El Alto.
“Nos quita un día jugar al día siguiente de lo que nosotros teníamos en agenda”, lamentó Villegas durante su participación en el aniversario de la Dirección Nacional de Interpol, donde fue abordado por los medios. Pese al contratiempo, el técnico ya ha ajustado el itinerario: la Verde viajará a Maturín dos días antes del duelo, mediante un vuelo chárter, y tiene previsto retornar a Bolivia inmediatamente después del partido contra la Vinotinto.
El enfrentamiento ante Venezuela es considerado crucial para las aspiraciones de Bolivia en estas eliminatorias. Con 14 puntos en la tabla, la selección nacional ocupa actualmente la octava posición, mientras que su rival directo, Venezuela, se ubica en el séptimo puesto con 15 unidades. Este último escalón es justamente el que otorga el derecho a disputar el repechaje intercontinental, una posibilidad que la Verde aún mantiene viva.
Por ello, el duelo en Maturín no solo representa una oportunidad para sumar tres puntos vitales, sino también para desplazar a Venezuela en la clasificación y colocarse en zona de clasificación al Mundial de 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
Mientras se espera la oficialización del cambio por parte de la Conmebol, el cuerpo técnico boliviano ya trabaja contrarreloj para adaptarse a la nueva fecha y encarar dos partidos decisivos que podrían marcar el destino de Bolivia en su camino hacia la Copa del Mundo.