En medio de una creciente incertidumbre cambiaria en Bolivia, el diputado del Movimiento al Socialismo (MAS), Rolando Cuéllar, negó categóricamente que el país esté atravesando un proceso de devaluación de su moneda, pese a la evidente disparidad entre el tipo de cambio oficial y las cotizaciones en el mercado paralelo.
Durante una entrevista en el programa No Mentiras, transmitido por la red RTP, Cuéllar insistió en varias ocasiones que “no se ha devaluado el peso boliviano”, y subrayó que la tasa oficial del dólar estadounidense continúa fijada en 6,96 bolivianos, tal como establece el Banco Central de Bolivia (BCB). A su criterio, los problemas actuales se circunscriben exclusivamente al mercado informal, el cual se ha visto afectado por una reducción en la disponibilidad de divisas.
“El que ha subido es el mercado negro”, declaró Cuéllar, en respuesta a las denuncias generalizadas de que los ciudadanos no pueden acceder a dólares al tipo de cambio oficial. Según el diputado, esta situación no implica una devaluación formal de la moneda, ya que las autoridades económicas mantienen intacto el valor oficial del boliviano frente al dólar.
En su análisis, Cuéllar atribuyó la escasez de dólares principalmente a la drástica disminución en las exportaciones de gas natural, una de las principales fuentes de ingreso de divisas para el país. Indicó que en años anteriores, las ventas de gas generaban cerca de 2.500 millones de dólares mensuales, cifra que se ha visto reducida de forma considerable debido a la caída en la producción y a los contratos menos favorables con los países vecinos.
“Ahora ya no se está vendiendo al 100 % la exportación de gas y es por eso que se ha disminuido el dólar”, explicó, argumentando que este factor estructural ha impactado en la liquidez de divisas en la economía nacional.
A pesar del panorama complicado, el legislador oficialista aseguró que el presidente del Estado se encuentra trabajando en medidas para reactivar el sector gasífero y, con ello, restablecer el flujo de dólares al sistema financiero del país. No obstante, no precisó cuáles serían estas acciones ni en qué plazos podrían tener efecto.
La preocupación entre la ciudadanía persiste, especialmente desde febrero de 2023, cuando el tipo de cambio en el sector informal comenzó a dispararse, llegando a cotizarse hasta en 15 bolivianos por dólar en algunos puntos del país. Esta situación ha generado un clima de desconfianza y especulación, mientras el acceso a divisas sigue siendo limitado en entidades financieras y casas de cambio autorizadas.
Economistas advierten que, si bien no existe una devaluación oficial, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo representa una presión significativa sobre el sistema cambiario boliviano y podría tener consecuencias en precios, importaciones y ahorro si no se toman medidas estructurales a corto y mediano plazo.