El Gobierno nacional confirmó el pasado 5 de febrero de 2025 el levantamiento parcial del veto a la exportación de carne de res, una medida que había sido impuesta con el objetivo de reducir el precio del kilo gancho y evitar que el alimento se encarezca para el consumidor final en el mercado interno.
El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, explicó que se autorizó la exportación de hasta 44.000 toneladas de carne, bajo la condición de que la industria cárnica garantice plenamente el abastecimiento del producto en el mercado nacional. Esta medida, según la autoridad, forma parte de un acuerdo entre el Estado y el sector productivo para equilibrar la política económica con la seguridad alimentaria del país.
Flores estimó que esta reapertura controlada del comercio exterior de carne generará más de 100 millones de dólares estadounidenses en ingresos para el sector ganadero, un beneficio que, en sus palabras, “va a impactar positivamente en la economía en general”.
Según datos oficiales del Gobierno, Bolivia cuenta con una oferta anual de carne de res que alcanza las 351.123 toneladas, mientras que el consumo interno se sitúa en 295.293 toneladas, lo que implica un excedente de aproximadamente 55.830 toneladas. Este margen de producción adicional es el principal argumento técnico que sustenta la decisión de permitir nuevamente las exportaciones sin poner en riesgo la provisión nacional.
“El esfuerzo conjunto del Estado y el sector privado está dando frutos. Como Gobierno nacional, trabajamos día a día para superar las adversidades a través de políticas y acuerdos con los distintos sectores”, expresó Flores, destacando el papel de los productores en el cumplimiento de los compromisos establecidos para garantizar el abastecimiento local.
Desde el sector productivo, la medida fue recibida con optimismo. Javier Landívar, director de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), consideró que la reapertura de las exportaciones representa una excelente noticia para el productor nacional y para la industria cárnica boliviana.
“Volver a exportar nos permite trabajar en la apertura de nuevos mercados, como el chileno. Además, el hecho de que Bolivia haya sido clasificada como país libre de fiebre aftosa sin vacunación es un gran logro que aumenta la confianza de los compradores internacionales”, señaló Landívar.
