El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, emitió este domingo una dura acusación contra el expresidente Evo Morales, a quien responsabilizó directamente por los trágicos hechos ocurridos en Llallagua, Potosí, donde recientes movilizaciones derivaron en la muerte de cuatro policías y dos civiles. “Evo se lava las manos con la sangre de los bolivianos”, declaró con firmeza la autoridad gubernamental, señalando al exmandatario como el autor intelectual de las protestas que, según el Ejecutivo, han escalado a niveles de violencia inaceptables.
Durante su pronunciamiento, Ríos indicó que hasta el momento ocho personas han sido detenidas preventivamente por su participación en los delitos registrados en el contexto de las movilizaciones. Añadió que una considerable cantidad de individuos han sido ya identificados como responsables tanto materiales como intelectuales de los hechos de violencia, aunque prefirió no revelar el número exacto, argumentando razones estratégicas vinculadas a las investigaciones en curso.
“No solo debemos responsabilizar al señor Evo Morales”, advirtió el ministro, “sino también a todos sus voceros, diputados y senadores que han actuado como instigadores, siendo parte activa de este escenario que ha derivado en muertes y enfrentamientos”. Ríos hizo un llamado a no perder de vista el rol de toda la estructura política que apoya al exmandatario en la promoción de acciones de presión contra el Gobierno de Luis Arce.
Este señalamiento se produce pocas horas después de que Morales, en un intento de deslindarse de las protestas, se declarara públicamente “enemigo de los bloqueos”. Sin embargo, su afirmación ha sido puesta en duda por sectores oficiales, luego de que el dirigente evista Rudy Capquique difundiera un audio donde supuestamente el propio Morales instruye un cerco a la ciudad de La Paz para presionar por su habilitación como candidato presidencial.
Desde su programa en la emisora Kawsachun Coca, el líder cocalero intentó defenderse de las acusaciones afirmando que “la gente nos rebasa” y que las movilizaciones son convocadas por el Pacto de Unidad, no por él. No obstante, en lugar de condenar los hechos de violencia en Llallagua, Morales aseguró que todo fue un “montaje” del Gobierno. “Estoy convencido de que lo que pasó en Llallagua es bien montado para acusar al movimiento campesino. Algunas autoridades del Gobierno nacional informan que son expertos en sembrar y montar pruebas”, expresó, generando aún más controversia.
En paralelo, el ministro Ríos ofreció cifras que refuerzan la postura del Gobierno sobre la gravedad de la situación. Informó que, desde el inicio de las movilizaciones, se han arrestado y aprehendido a más de 143 personas, muchas de las cuales fueron encontradas con elevadas sumas de dinero en su poder. “Podemos mencionar que estamos sobrepasando los 3 millones de bolivianos identificados en diferentes operativos. Este dinero, claramente, indica que existe un financiamiento irregular detrás de estas movilizaciones, que va más allá de las simples multas a transportistas o bloqueadores”, explicó.
El ministro también hizo una grave advertencia sobre la presencia de personas armadas en los puntos de bloqueo. Según Ríos, algunos de estos individuos serían de nacionalidad extranjera y estarían vinculados a grupos que operan desde el Trópico de Cochabamba, región donde Morales mantiene su base de poder político y sindical. Afirmó que el Gobierno de Luis Arce ya ha remitido esta denuncia ante organismos internacionales para su análisis y eventual intervención.