El escándalo del denominado “caso consorcio” no solo ha sacudido los cimientos del sistema judicial y político del país, sino que ahora también se ha visto acompañado de episodios críticos de salud entre algunos de los principales acusados. Hasta el momento, cuatro de los involucrados en el proceso han presentado descompensaciones tras enfrentar sus respectivas audiencias cautelares, en un contexto marcado por la tensión y la gravedad de las acusaciones que pesan sobre ellos.
El primero en atravesar un cuadro de esta naturaleza fue el juez provincial Marcelo Lea Plaza, el 16 de junio. Lea Plaza, recordado por ser quien firmó la resolución constitucional que destituyó a la magistrada titular del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Fanny Coaquira, se descompensó poco después de su audiencia, en la que se dictaron medidas cautelares en su contra. El juez fue trasladado de urgencia a una clínica en la zona de San Jorge, en la ciudad de La Paz, donde recibió atención médica.
Dos días más tarde, el 18 de junio, le tocó el turno a la exvocal del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz, Claudia Castro. La exautoridad afrontó su audiencia cautelar, en la que ejerció defensa material. Sin embargo, al escuchar que el juez determinaba su detención preventiva por un periodo de cuatro meses, Castro se desmayó dentro de la sala, obligando la intervención de una ambulancia de Bomberos. El diagnóstico fue nuevamente el mismo: descompensación, atribuida al fuerte impacto emocional del fallo.
El sábado, el exministro de Justicia César Siles, sindicado como el principal artífice del caso consorcio, repitió el cuadro. Tras conocerse que su detención preventiva se cumpliría durante cinco meses en el penal de Patacamaya, Siles presentó un cuadro de descompensación y tuvo que ser evacuado a un centro médico para su estabilización. Su caso es particularmente sensible, ya que existen audios que lo vinculan directamente con la supuesta estrategia para defenestrar a la magistrada Coaquira, y los otros involucrados habrían actuado siguiendo sus instrucciones.
El caso del expresidente del TDJ de La Paz, Yván Córdova, también reviste singularidad. El exmagistrado fue hospitalizado tras un presunto Accidente Cerebro Vascular (ACV) el pasado 13 de junio, justo en el contexto de la explosión mediática y judicial del caso consorcio. Lo llamativo es que Córdova fue sorprendido en su oficina en estado de ebriedad el mismo día del episodio que motivó su internación. Actualmente, se encuentra en celdas judiciales a la espera de su audiencia cautelar.
Por otro lado, otros dos implicados, Marcelo Uriarte e Iván Campero, si bien están sometidos a detención domiciliaria, no han presentado hasta ahora descompensaciones u otros problemas de salud tras comparecer ante las autoridades judiciales.
De acuerdo con el médico Bethmar Poma, estos cuadros se caracterizan por una baja brusca de la presión arterial, que genera malestar y puede ser provocada por un evento adverso que altere el ritmo cardiaco, como las intensas emociones o el estrés extremo al que estarían sometidos los acusados.