El papa León XIV elevó este domingo un firme llamado a la paz y a la responsabilidad de la comunidad internacional frente a la alarmante escalada de violencia en Oriente Medio, tras el bombardeo ejecutado por Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán. Desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus, el pontífice estadounidense lamentó las “noticias alarmantes” provenientes de la región y urgió a los líderes mundiales a actuar antes de que el conflicto desemboque en una catástrofe mayor.
“Cada miembro de la comunidad internacional tiene una responsabilidad moral: detener la tragedia de la guerra antes de que se convierta en una vorágine irreparable”, expresó León XIV con un tono de profunda preocupación. El papa advirtió que los recientes acontecimientos no solo agravan las tensiones entre Irán y Estados Unidos, sino que también corren el riesgo de eclipsar el sufrimiento cotidiano de otras poblaciones en la región. En ese sentido, hizo hincapié en la situación crítica en Gaza y en los territorios palestinos, donde la urgencia de un apoyo humanitario adecuado se vuelve cada vez más acuciante.
“Este escenario dramático que incluye a Israel y Palestina amenaza con dejar en el olvido el sufrimiento cotidiano de la población, especialmente en Gaza y otros territorios donde la urgencia de un adecuado apoyo humanitario se hace cada vez más urgente”, alertó el pontífice.
León XIV apeló al sentido común y a la razón de los gobernantes del mundo, subrayando que “hoy más que nunca la humanidad grita e invoca la paz”. Pidió que ese clamor no sea sofocado “por el fragor de las armas ni por palabras retóricas que incitan al conflicto”, insistiendo en que el mundo no puede permanecer indiferente. “No existen conflictos lejanos cuando la dignidad humana está en juego”, recordó, al tiempo que reiteró que “la guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica”.
El papa advirtió sobre las heridas profundas e imborrables que los conflictos armados dejan en la historia de los pueblos y que, en muchos casos, tardan generaciones en cicatrizar. “Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado”, sentenció.
Para cerrar su mensaje, León XIV imploró que prevalezca la diplomacia y que los esfuerzos de los Estados se encaminen a construir obras de paz. “Que la diplomacia haga callar las armas, que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia o conflictos sangrientos”, exhortó, reafirmando su llamado a la unidad y al diálogo como único camino para preservar la dignidad y el futuro de la humanidad.
