Un caso que comenzó como una angustiante desaparición terminó revelando una posible red de narcotráfico internacional. Ruddy Calucho Veizaga, de 36 años, y Marcelina Vallejo Zapata, de 26, oriundos del municipio de Tolata en el departamento de Cochabamba, fueron hallados con vida en Chile, pero no en las condiciones que su familia esperaba: ambos están detenidos por el presunto transporte de aproximadamente 60 cápsulas de cocaína en el interior de sus cuerpos.
Según reportes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), la pareja salió de su comunidad rumbo a Santa Cruz a mediados de junio. La última comunicación registrada con sus familiares fue el 20 de ese mes, cuando enviaron un mensaje de WhatsApp. Desde entonces, no se supo más de ellos. Preocupados por el silencio y sin información de su paradero, los familiares formalizaron una denuncia por desaparición el 3 de julio.
El misterio se resolvió el 11 de julio, cuando autoridades bolivianas confirmaron que ambos se encontraban recluidos en una cárcel de Chile, luego de haber sido sorprendidos por la policía de ese país transportando cápsulas de droga en calidad de “tragones”. Esta modalidad de tráfico de sustancias controladas representa un alto riesgo para la vida, debido a la posibilidad de que alguna cápsula se reviente dentro del organismo.
El caso ha generado conmoción no solo entre los familiares, sino también en la opinión pública, ya que abre la puerta a múltiples interrogantes:
¿Fueron víctimas de engaño, forzados por redes criminales, o asumieron el rol de mulas por decisión propia, posiblemente impulsados por la necesidad económica?
Las investigaciones están en curso, y las autoridades de Bolivia y Chile coordinan acciones para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
Por ahora, la pareja permanece bajo custodia en territorio chileno y a la espera de un proceso judicial. En Tolata, la familia se encuentra conmocionada y desorientada, sin poder asimilar que la desesperación por encontrarlos se haya transformado en una noticia tan inesperada como dolorosa.
Lo que parecía un drama familiar terminó siendo una pieza más en el complejo y peligroso engranaje del narcotráfico transnacional.