Medios internacionales han puesto los ojos en Bolivia al advertir que el país estaría siendo escenario de una guerra interna de la mafia de los Balcanes, una disputa que ya dejó una serie de asesinatos y secuestros vinculados a ajustes de cuentas relacionados con el tráfico internacional de drogas.
El diario ABC de Paraguay publicó un reportaje titulado: “Serbio capturado en Paraguay pretendía llegar a Bolivia para intervenir en la guerra interna de la mafia de los Balcanes”. En él, se señala que Luka Starčević, un ciudadano serbio de 35 años, buscaba asentarse en territorio boliviano para involucrarse directamente en esta disputa, intensificada tras el hallazgo de tres cuerpos embalados en Santa Cruz de la Sierra el 13 de agosto.
De acuerdo con esa versión, los tres hombres asesinados en Santa Cruz habrían estado vinculados al negocio de la cocaína: eran los encargados de comprar la droga en Bolivia para enviarla a Brasil, desde donde Starčević la trasladaba hacia Europa con apoyo del Primer Comando da Capital (PCC), la facción criminal brasileña más poderosa.
El periódico La Nación de Argentina también se hizo eco del caso, señalando que Starčević pretendía ingresar a Bolivia utilizando un DNI argentino falso y lo describió como un capo de la mafia de los Balcanes que era buscado por varios países.
En Bolivia, las autoridades aún no confirmaron de manera oficial la relación entre la mafia balcánica y los recientes asesinatos en Santa Cruz; sin embargo, el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, reconoció que emisarios de organizaciones internacionales intentan asentarse en el país tras la huida del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset.
El caso más emblemático ocurrió el 13 de agosto, cuando fueron hallados tres extranjeros ejecutados en una vivienda del barrio Petrolero Norte de Santa Cruz. Las víctimas fueron identificadas como:
- Dejanço “Macedonio” Lazarevski (43), de Macedonia del Norte.
- Miljan Gjekić (38), de Serbia.
- Vanja Milošević, también de origen serbio.
Este crimen fue atribuido a un ajuste de cuentas vinculado al control del narcotráfico en la región.
Días después, el 26 de agosto, Luka Starčević fue detenido en Paraguay cuando intentaba ingresar a Bolivia por el paso fronterizo de Cañada Oruro (Villa Montes), usando una identidad falsa argentina bajo el nombre de Lisandro Emanuel Larre.
Nacido en Belgrado, Starčević inició como un delincuente menor, pero rápidamente escaló en las estructuras criminales de los Balcanes. En la década de 2000 se integró al Clan de Kotor, especializado en la importación de cocaína desde Sudamérica hacia Europa.
Su vida dio un giro en 2015, cuando fue acusado del asesinato de Goran Radoman, líder del Clan de Kotor, en Belgrado. Tras ese crimen, fingió su muerte para evadir a la justicia y se trasladó a Brasil, donde consolidó alianzas con el PCC para asegurar la salida de droga desde Bolivia y Brasil hacia Europa.
En 2020 fue arrestado en Brasil durante un control rutinario, pero usaba una identidad croata falsa. Pese a estar vinculado a homicidios y a una orden de extradición, fue liberado en 2023 por falta de pruebas, lo que le permitió esconderse en Argentina y obtener documentos falsos. Con ellos planeaba ingresar a Bolivia hasta ser detenido en Paraguay.
Medios europeos lo describen como el “embajador de la mafia de los Balcanes en Sudamérica”, pieza clave para articular la logística criminal en la región.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, reconoció que existen intentos de organizaciones criminales internacionales de ingresar a Bolivia, aprovechando el vacío de poder dejado por Marset.
“Es importante reconocer lo que está aconteciendo en el departamento de Santa Cruz como un intento de organizaciones criminales que quieren ingresar a territorio boliviano, y es un tema que no lo vamos a permitir”, advirtió Ríos.