La autopsia realizada al niño de tres años de la Pampa de la Isla, en Santa Cruz de la Sierra, ha revelado que su fallecimiento se debió a múltiples golpes, contraviniendo la versión presentada por su padre, quien había afirmado que el pequeño había caído de una hamaca. Este análisis especializado ha sido fundamental para esclarecer las circunstancias que rodearon la trágica muerte del menor.
La fiscal Rose Mary Barrientos explicó que, aunque el niño efectivamente había caído de la hamaca, esta caída no fue la causa del deceso. Según el informe, el pequeño presentaba lesiones anteriores ya cicatrizadas, lo que indica que había sido víctima de maltrato antes de su muerte. El niño fue llevado sin vida a un centro médico, donde los profesionales de la salud, al notar las evidencias de trauma, notificaron a las autoridades. En consecuencia, el padre fue aprehendido tras sostener que la situación fue un accidente.
Los resultados de la autopsia revelaron que la causa de la muerte del niño fue un shock hipovolémico causado por un traumatismo interno cerrado. El informe detalló que el hígado del menor estaba sangrando, había sufrido una hemorragia, y presentaba lesiones en el riñón, además de tres costillas fracturadas. Este escenario sugiere un nivel de violencia grave que plantea interrogantes sobre la dinámica familiar.
El caso ha destapado un drama familiar más amplio. Según la fiscal, el niño tenía lesiones cicatrizadas, lo que apunta a un historial de maltrato. Además, se informó que el hermano del menor, de cuatro años, también presentaba lesiones y ha sido puesto bajo la tutela de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia. La situación familiar es aún más compleja, ya que se conoce que la madre de los niños había abandonado el hogar. Se ha indicado que existe un proceso de violencia doméstica, lo que podría haber llevado a la madre a huir de la situación.
