Durante el Te Deum Ecuménico por los 214 años de la gesta libertaria de Santa Cruz de la Sierra, celebrado en la Basílica Menor de San Lorenzo, monseñor Estanislao Dowlaszewicz hizo un llamado a los gobernantes, políticos y líderes cívicos del país a dejar de lado sus diferencias y trabajar de manera conjunta por el bienestar de Bolivia. En su homilía, enfatizó la necesidad de unidad y servicio, instando a los dirigentes a actuar como “servidores de la causa común”, en lugar de sucumbir al egoísmo y a visiones cerradas.
“Que juntos soñemos y construyamos la tierra sin mal que buscaban nuestros ancestros y los pueblos indígenas”, señaló Dowlaszewicz, haciendo referencia a un futuro más próspero y pacífico para Bolivia. Además, exhortó a seguir el camino de reconciliación de Dios para evitar la confrontación entre los bolivianos y promover actitudes positivas, comparando este cambio con el florecimiento de los árboles en primavera.
El religioso lamentó que, a pesar del valor de la sabiduría divina, las virtudes de paz, compasión e imparcialidad parecen distantes en las relaciones entre cruceños y bolivianos, quienes se han vuelto “conflictivos y deseosos de venganza”. Esta observación sirvió como una crítica a la polarización política y social que afecta al país.
Dowlaszewicz también expresó su preocupación por los incendios recurrentes en la Chiquitania, que no solo destruyen los bosques y la fauna local, sino que también contaminan “el aire más puro de América”. Criticó las motivaciones detrás de las quemas, señalando que algunos lo hacen para expandir la frontera agrícola, otros para producir carbón, y otros con fines de apropiación de tierras, a menudo en cumplimiento de promesas políticas. Subrayó que quienes hablan de la “Madre Tierra” la están “hiriendo de muerte”, perdiendo así el vínculo espiritual que debe existir con el medio ambiente.
El monseñor también reflexionó sobre la riqueza del suelo cruceño, lamentando que las autoridades nacionales hayan desatendido a Santa Cruz. Insistió en la necesidad de trabajar unidos, sin egoísmo ni partidismos, para alcanzar una vida saludable y fraterna. Además, criticó la contaminación tanto del cielo como del alma, sugiriendo que la ambición humana está destruyendo no solo el entorno natural, sino también los valores esenciales de la sociedad.
El Te Deum también estuvo marcado por la reaparición de monseñor René Leigue, quien había estado ausente por una operación. Al concluir la ceremonia, Leigue agradeció el apoyo y las oraciones que recibió durante su recuperación, lo que fue recibido con aplausos y muestras de cariño por parte de los asistentes.
Un momento emotivo de la celebración fue el ingreso de un grupo de bomberos al templo, quienes trajeron árboles y animales rescatados de los incendios. Este gesto fue acompañado por un cerrado aplauso en reconocimiento a la labor diaria de los bomberos y voluntarios, cuyo trabajo fue destacado por los celebrantes, quienes pidieron por su salud y protección en su noble misión.
