Santa Cruz está atravesando una de las crisis ambientales más devastadoras de su historia, con más de cinco millones de hectáreas arrasadas por incendios, obligando a numerosas familias a abandonar sus hogares en busca de seguridad. La situación es crítica, especialmente en cinco comunidades de Concepción, que se encuentran en la línea de fuego, aunque la reciente lluvia brindó algo de esperanza.
En la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Monte Verde, el fuego forzó la evacuación de 58 personas, incluyendo niños, adultos mayores y mujeres, quienes fueron trasladados a Concepción y ubicados en la casa comunal. Víctor Hugo Pessoa Seoane, responsable de la Unidad de Gestión de Riesgo y Áreas Protegidas de Concepción, detalló que otras comunidades, como Makanaté, El Regreso, Sagrado Corazón de Jesús y Puerto San Pedro, también estaban en peligro.
Las condiciones en el terreno son alarmantes. La visibilidad ha disminuido drásticamente debido a la densa humareda, lo que complica las operaciones de rescate y atención. “La humareda está terrible, no se puede ver ni a 50 metros. El fuego ha rebasado las líneas de defensa”, declaró Pessoa. Aunque se han implementado cisternas y se cuenta con la valiosa ayuda de bomberos voluntarios, la situación sigue siendo crítica, especialmente en Puerto San Pedro, donde el fuego consumió potreros y áreas de producción.
Los testimonios de los comunarios son desgarradores. Ignacio Mencarí, cacique de Makanaté, se mostró impotente al observar cómo las llamas arrasaban sus plantaciones de café y cítricos. Lamentó que, a pesar de su arduo trabajo durante meses, no recibieron ayuda. “Nunca nos atendieron. Ahora nos quieren evacuar a Concepción, pero ¿para qué? Ya no tenemos nada”, expresó, reflejando el sentimiento de desamparo de su comunidad.
Otra comunaria, visiblemente afectada, clamó por ayuda y destacó la discriminación que sienten como pueblos indígenas ante la falta de atención. Su desesperación se centró en la necesidad de alimentos para sus hijos, y pidió al presidente Lucho ayuda para enfrentar la crisis. La lluvia, aunque alentadora, llegó en un momento en que muchas familias ya habían perdido todo.
En respuesta a esta grave emergencia, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, informó que se han registrado lluvias esporádicas en Monte Verde y otras áreas afectadas, gracias a la estimulación de nubes. Sin embargo, la magnitud del desastre es abrumadora; según Jhonny Rojas, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), más de cinco millones de hectáreas han sido devastadas, superando el desastre ambiental de 2019, cuando se quemaron 4,2 millones de hectáreas.
Las áreas protegidas también han sufrido graves daños, con el 50% de la devastación concentrada en parques como Otuquis y Noel Kempff Mercado. La situación se agrava aún más por las acciones ilegales de avasallamientos y quema indiscriminada, que han intensificado la crisis.
A pesar de las recomendaciones del Servicio Departamental de Salud (Sedes) para suspender las clases presenciales debido a la mala calidad del aire, la Dirección Departamental de Educación decidió continuar con las actividades escolares, priorizando el cumplimiento de los 200 días de clases establecidos por la normativa. El director departamental de Educación, Nelson Alcócer, aseguró que se implementarán medidas de bioseguridad para garantizar la salud de los estudiantes.
