El presidente Luis Arce descartó cualquier posibilidad de modificar el tipo de cambio del peso boliviano respecto al dólar estadounidense, argumentando que una devaluación de la moneda nacional tendría efectos contraproducentes para la economía del país. Según un informe divulgado por medios estatales, el mandatario señaló que este tipo de medida abarataría aún más los productos bolivianos, incrementando el contrabando hacia otros países, fenómeno conocido como contrabando a la inversa.
“Esas propuestas de modificar el tipo de cambio en realidad harían todo lo contrario. Una devaluación, que es la sugerencia que algunos están diciendo, en realidad empeoraría el caso, porque haría todo mucho más barato todavía para el bolsillo de los extranjeros, o sea que no sería una solución, sino sería todo lo contrario”, afirmó Arce, explicando las razones detrás de su negativa a implementar cambios en la política cambiaria actual.
El presidente profundizó en el impacto económico que tendría una devaluación, enfatizando que esta medida provocaría que los productos bolivianos sean aún más baratos en comparación con los de los países vecinos. Esto, a su vez, incrementaría la salida ilegal de bienes nacionales hacia el extranjero, agravando el problema del contrabando a la inversa que afecta actualmente a la economía boliviana.
“Ahora está saliendo (producción) que, comparado con los países vecinos, nuestros productos son mucho más baratos, porque hemos tratado de mantener la estabilidad de precios durante todo este tiempo en el país”, sostuvo el mandatario. Esta estabilidad de precios, según el presidente, ha sido un factor clave para proteger el poder adquisitivo de los bolivianos, pero también ha generado un atractivo para los contrabandistas en las zonas fronterizas.
El mandatario visitó este martes la zona de Desaguadero, en la frontera con Perú, donde realizó una inspección a los puestos de control fronterizo. Durante esta visita, recibió un informe detallado sobre las actividades y el despliegue de efectivos del Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO-LCC) en esa región. Este comando es responsable de implementar medidas para frenar el flujo ilegal de productos que cruzan las fronteras del país.
El contrabando a la inversa ha sido un problema creciente para Bolivia, ya que productos como alimentos, combustibles y otros bienes de consumo básico son exportados ilegalmente debido a sus precios competitivos. Esto no solo afecta la disponibilidad de estos productos dentro del país, sino que también genera pérdidas significativas para la economía nacional.
Arce destacó que su gobierno continuará trabajando en estrategias para fortalecer los controles fronterizos y mejorar la eficiencia de las políticas económicas destinadas a mantener la estabilidad monetaria. “Estamos reforzando los puntos de control y revisando nuestras estrategias para garantizar que el contrabando no afecte la economía de las familias bolivianas. La estabilidad de precios y el tipo de cambio fijo son pilares fundamentales de nuestra política económica”, afirmó.
La visita a Desaguadero subraya el compromiso del Gobierno en la lucha contra el contrabando, especialmente en una zona que ha sido identificada como uno de los principales puntos de salida de productos bolivianos hacia el extranjero. Con la implementación de controles más estrictos y la coordinación con las fuerzas de seguridad, el Gobierno busca mitigar los efectos del contrabando y proteger el mercado interno.
Por último, el presidente reiteró que el tipo de cambio fijo ha sido un elemento central para garantizar la estabilidad económica del país y que cualquier medida que lo modifique sería evaluada con extrema cautela. “El modelo que hemos adoptado ha demostrado ser efectivo para proteger la economía nacional y garantizar el acceso a productos básicos a precios justos para los bolivianos. Nuestro enfoque seguirá siendo la estabilidad y el desarrollo económico sostenible”, concluyó.