La justicia determinó este jueves la detención preventiva por 90 días en la cárcel de Palmasola para el capitán de la Policía Boliviana, Jaime Humberto F. C., acusado de liderar una organización delictiva dedicada al robo de vehículos y secuestros en diferentes regiones del país. Junto a él, otros tres cómplices fueron encarcelados, tras ser imputados por los delitos de robo agravado, organización criminal, secuestro y porte ilícito de armas, según informó el fiscal Jhamir Funes.
La captura de la banda se logró en un operativo desplegado el martes por la noche, luego de que la Policía recibiera una denuncia por el robo de un vehículo en el municipio de Comarapa. Los delincuentes, haciéndose pasar por agentes de Diprove, portaban armas de fuego y secuestraron al conductor del automóvil, un Mazda.
En la medianoche, las fuerzas del orden lograron interceptar en la localidad de Bermejo una camioneta Toyota en la que se trasladaban Jaime Humberto F. C. y sus tres cómplices. Al ser interrogados, ninguno pudo justificar su presencia en el lugar ni el armamento que llevaban consigo.
Poco después, en La Angostura, la Policía encontró el vehículo Mazda robado con la víctima aún en el asiento trasero, lo que confirmó la participación del grupo en el delito. Durante los interrogatorios, los detenidos revelaron la ubicación de otros vehículos robados, entre ellos una camioneta sustraída en Tarija y una vagoneta que tenía denuncia de robo internacional en Chile.
En su poder, la banda tenía armas de grueso calibre, chalecos antibalas, gas lacrimógeno y una importante suma de dinero en efectivo, lo que evidencia el grado de organización y peligrosidad del grupo delictivo.
Jaime Humberto F. C. no es un desconocido en el mundo del crimen. En 2012, ya había sido enviado a la cárcel de Palmasola junto a otros tres policías de Interpol, tras ser acusados de secuestrar a una mujer y exigirle $us 20.000 para su liberación. La víctima logró reunir y pagar $us 10.000, los cuales fueron hallados en el vehículo de los uniformados cuando fueron arrestados.
A pesar de estos antecedentes, el oficial logró mantenerse en la Policía Boliviana, hasta que nuevamente se le señala como el cabecilla de una organización criminal que operaba en los Valles cruceños. Ahora, su destino queda en manos de la justicia, mientras se amplían las investigaciones para determinar si hay más implicados en la red delictiva.
