Un estremecedor crimen ha conmocionado a la comunidad de Itaperuna, en el estado de Río de Janeiro, Brasil, donde un adolescente de apenas 14 años es acusado de asesinar a toda su familia: su padre, su madre y su hermano de tan solo tres años. El motivo detrás de este atroz acto ha dejado perplejos a los investigadores y a la sociedad: el joven habría actuado movido por la frustración de no recibir permiso para viajar a encontrarse con una adolescente con la que mantenía una relación sentimental a través de internet.
Las víctimas fueron identificadas como Antonio Carlos Teixeira (45), enfermero; Inaila Teixeira (37), peluquera; y su hijo menor. La tragedia se descubrió cuando la abuela paterna de la familia reportó a las autoridades la ausencia de sus seres queridos, preocupada porque no respondían a sus llamadas ni mensajes. Esta alerta llevó a la Policía Civil a realizar una inspección en la vivienda, donde se encontraron con un escenario desgarrador: los cuerpos de las tres víctimas habían sido arrojados dentro de una cisterna ubicada en el patio de la casa.
Las investigaciones apuntan a un crimen premeditado. El propio adolescente confesó que esperó a que su familia se durmiera para cometer el triple asesinato. Según su testimonio, para mantenerse despierto consumió bebidas energéticas y ocultó en su habitación el arma de fuego de su padre, con la cual habría ejecutado a sus familiares.
El móvil del crimen, según declaró, fue una fuerte discusión que sostuvo con sus padres después de que le negaran el permiso para viajar y encontrarse con una joven a la que conoció por internet. A raíz de esa negativa, el menor planificó y ejecutó el crimen con una frialdad que ha alarmado a los investigadores.
Durante el análisis del teléfono del padre, se descubrieron búsquedas hechas por el adolescente relacionadas con cómo retirar dinero de cuentas bancarias de personas fallecidas y cómo eliminar manchas de sangre, lo que refuerza la hipótesis de que el crimen no fue impulsivo, sino cuidadosamente planeado.
El delegado Carlos Augusto Guimarães, encargado del caso, declaró que el joven narró los hechos con una tranquilidad desconcertante y sin mostrar señales de arrepentimiento, lo cual añade una dimensión psicológica perturbadora al caso. “Rara vez vemos ese nivel de frialdad en una situación tan grave”, afirmó Guimarães.
Actualmente, el adolescente se encuentra recluido en una unidad socioeducativa, donde cumple una medida cautelar de 45 días, mientras continúan las investigaciones. Las autoridades judiciales están evaluando su perfil psicológico, así como su entorno familiar y social, en un intento por entender los factores que podrían haber influido en su conducta. También se considera la influencia del entorno digital, como uno de los elementos potenciales que podrían haber exacerbado su comportamiento.
Mientras tanto, la comunidad de Itaperuna permanece en estado de shock y duelo. Los cuerpos de Antonio, Inaila y su pequeño hijo fueron sepultados el pasado 26 de junio en una ceremonia marcada por el dolor y la incredulidad. Vecinos y familiares siguen tratando de comprender cómo una aparente disputa familiar por un permiso de viaje terminó en una tragedia tan devastadora.
Ante esta tragedia, las autoridades han hecho un llamado a las familias a prestar atención a los cambios emocionales y de conducta en los adolescentes, y han reiterado la importancia de contar con apoyo psicológico ante signos de conflictos internos, aislamiento o problemas en la interacción social y virtual.