El asesinato del juez de sentencia Wilder Marcial Cruz Arancibia, ocurrido la noche del viernes en Cochabamba, ha generado profunda consternación e indignación en el país. El hecho ha puesto en alerta a los operadores de justicia, quienes demandan la activación inmediata de protocolos de seguridad para proteger a los jueces ante posibles amenazas.
Tras su fallecimiento, el cuerpo del magistrado fue trasladado a la ciudad de Sucre, donde este domingo fue velado en la sede del Órgano Judicial, en medio del dolor de familiares, colegas y autoridades. Posteriormente, fue sepultado en el Cementerio General de la capital.
Christian Arancibia, presidente de la Asociación de Magistrados de Chuquisaca, expresó su pesar por este trágico hecho y señaló que el gremio se encuentra “muy consternado”. Informó además que los operadores de justicia se declararon de luto y exhortó a las autoridades del Consejo de la Magistratura y del Tribunal Supremo de Justicia a garantizar la seguridad en el ejercicio de la función judicial.
Mientras tanto, en Cochabamba aún no se ha brindado información oficial sobre los avances de las investigaciones. Sin embargo, se conoce que la Fiscalía ha conformado una comisión especializada de fiscales para indagar el caso, mientras la Policía ejecuta operativos y diversas pesquisas con el objetivo de identificar y capturar a los responsables.
El clima entre los jueces cochabambinos es de gran preocupación. Tras el crimen, varias autoridades judiciales manifestaron su temor por la falta de garantías en el ejercicio de sus funciones. El juez Christian Cámara, por ejemplo, criticó la falta de acción de las autoridades, asegurando que no se están aplicando los protocolos de seguridad establecidos.
“Estamos expuestos y a nuestra suerte. Hoy puede ser uno, y mañana otro”, lamentó Cámara, reflejando el temor que ha cundido en el sistema judicial tras el ataque.
