Las críticas contra la directora ejecutiva de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Margot Ayala, se intensificaron en la Asamblea Legislativa, donde legisladores de oposición cuestionan su permanencia en el cargo debido a observaciones sobre su trayectoria laboral en anteriores gestiones. Frente a estos cuestionamientos, la autoridad salió al paso para defender su carrera profesional, negó cualquier militancia en el Movimiento al Socialismo (MAS) y aseguró que está dispuesta a dejar el cargo si el Presidente decide retirarle su confianza.
Las observaciones surgieron luego de que Ayala, durante la presentación de la Comisión de la Verdad de los Hidrocarburos, revelara que trabajó entre los años 2009 y 2019 en el sector de hidrocarburos, periodo correspondiente a los gobiernos del MAS. En esa oportunidad, afirmó que fue testigo de presuntas irregularidades en el sector, pero que no las denunció en su momento por temor a sufrir represalias.
Estas declaraciones generaron una inmediata reacción en la oposición legislativa, cuyos representantes la acusan de haber guardado silencio frente a posibles hechos de corrupción. En ese contexto, cuestionaron su continuidad al frente de la ANH y elevaron un pedido formal ante el Ministerio de Hidrocarburos para que se evalúe su destitución.
“No puede una autoridad justificar un supuesto amedrentamiento y callar delitos que ahora los manifiesta”, manifestó la senadora Soledad Chapetón, de la alianza Unidad, quien además solicitó que el caso sea analizado con seriedad institucional y que el Presidente revise su decisión de mantener a Ayala como máxima autoridad de la ANH.
Desde su defensa, Margot Ayala aseguró que no participó en ningún acto irregular y explicó que, precisamente por negarse a aceptar prácticas que consideraba incorrectas, fue desvinculada o decidió renunciar en distintas oportunidades durante su trayectoria laboral. Reiteró que su conducta siempre se ajustó a principios éticos y profesionales.
Sin embargo, las críticas continuaron desde otros frentes. La senadora Ana María Crispin, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), sostuvo que el silencio frente a presuntas irregularidades la convierte en cómplice de hechos de corrupción. “Ha velado sus intereses de recibir su sueldito; eso quiere decir que fue cómplice de estos hechos de corrupción. Estoy viendo que autoridades de anteriores gestiones están volviendo con otro puesto y otro rango; no puede volver la misma gestión”, afirmó.
A estas observaciones se sumó la senadora Claudia Mallón, de APB Súmate, quien envió una carta al ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, solicitando formalmente la destitución de Ayala. En la misiva, Mallón argumenta que no es admisible que una persona presuntamente vinculada al MAS haya permanecido recibiendo un salario mientras, según sus declaraciones, fue parte del silencio frente a la corrupción tanto en la ANH como en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Ante estos señalamientos, Ayala rechazó de manera categórica cualquier vínculo partidario y afirmó que nunca fue militante de ninguna organización política, señalando que esta información puede ser verificada ante el Órgano Electoral. Asimismo, reiteró que su permanencia en el cargo depende exclusivamente de la confianza del Presidente y que, de no contar con ella, está dispuesta a dar un paso al costado.
