Las históricas inundaciones que han devastado las últimas semanas el sur de Brasil muestran la necesidad del país de “crear ciudades resilientes” al cambio climático, ante el cual el mundo “no está preparado”, consideró este martes la ministra de Medioambiente, Marina Silva, en una entrevista con la AFP.
La calamidad en el estado de Rio Grande do Sul ha causado unas 150 muertes, más de un centenar de desaparecidos y 617.000 personas han debido dejar sus hogares, además de daños materiales colosales para la economía de la pujante región.
Silva, de 66 años, figura emblemática de la lucha contra el cambio climático en Brasil, habló con la AFP en Brasilia, tras acompañar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en dos visitas a las zonas afectadas hace pocos días.
Pregunta: ¿Cómo reaccionó ante la tragedia?
Respuesta: “Desde el punto de vista ambiental es triste y al mismo tiempo aterrador. Durante décadas escuchamos las indicaciones de la ciencia, el sentido común, sobre que esto iba a suceder. Ahora llegó el momento en que vemos que sucede en tres dimensiones: inundaciones aterradoras, olas de calor, grandes sequías.
Desde el punto de vista político, debería ser una palanca para cambios estructurales.
Si no se toman decisiones de mitigación, adaptación y se transforma el modelo de desarrollo en Brasil y el mundo (…) no podremos hacer la transición hacia el fin de los combustibles fósiles, que es la principal causa de lo que está sucediendo, en el tiempo necesario para evitar más perjuicios cada vez mayores a la vida y el equilibrio del planeta”.
P: El presidente Lula admitió que Brasil no estaba preparado.
R: “No está preparado. Brasil es parte del mundo, que no está preparado porque hace más de 30 años que se habla de que el problema es el uso del combustible fósil, de la deforestación. Y, lamentablemente, como humanidad no hicimos la tarea”.
P: ¿Hubo fallas en la prevención?
R: “Porto Alegre (la capital del estado, ndlr) tenía un sistema de drenaje, bombeo de agua, pero lamentablemente no tuvo un mantenimiento correcto y cuando fue necesario ser accionado no tuvo cómo responder”.
P: ¿Qué lección saca Brasil?
R: “Lo que hacemos no es suficiente (…). La lección que saco es que, además de mitigar, vamos a tener que adaptarnos porque el cambio climático ya llegó. Crear ciudades resilientes, planes para administrar los riesgos y no solo los desastres.
Se necesita una movilización de la sociedad para evitar incluso los riesgos del negacionismo. Este tiene un perjuicio enorme en las acciones (frente al cambio climático). Una visión también negacionista paralizó las políticas (públicas) durante cuatro años (bajo la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro, de 2019 a 2022, ndlr)”.
P: ¿Cuán vulnerable es el país?
R: “Existen 1.942 municipios vulnerables, no en la misma intensidad. Las políticas públicas en algunos casos significa reubicar a la población, crear una agricultura regenerativa, recuperar la vegetación en los márgenes de los ríos…
Hay que revisar las flexibilizaciones en la legislación, como una ley en el Congreso que da poder a los alcaldes para disminuir las restricciones para construir en las costas y cerca de los márgenes de los ríos y lagos”.