La población de Bolivia se enfrenta a una semana de interrupción en los servicios de salud debido a un paro nacional de médicos que se extenderá por cuatro días hábiles, con una suspensión adicional hasta el viernes debido a un feriado nacional. El paro, convocado por los trabajadores de salud en todo el país, incluidos establecimientos públicos y de seguridad social, es en protesta contra un proyecto de ley que según ellos impone una “jubilación forzada” a los 65 años.
Carlos Iriarte, presidente del Colegio Médico Nacional, explicó que la medida de presión se mantendrá en todos los niveles de atención sanitaria, desde primeros auxilios hasta servicios especializados. A pesar de los paros previos de 24, 48 y 72 horas, los médicos afirman que las respuestas del gobierno no han sido satisfactorias, lo que ha llevado a la escalada de estas acciones.
En La Paz, además del paro, se han anunciado bloqueos como medida adicional. Víctor López, director del Sindicato de Ramas Médicas de Salud (Sirmes), aconsejó a la población evitar acudir a los hospitales y centros de salud durante este período, excepto en casos de emergencia, dada la falta de atención en consulta externa.
Los pacientes, afectados por la interrupción de los servicios de salud, han expresado su preocupación y descontento, algunos incluso pidiendo que los profesionales en protesta dejen sus puestos para permitir que otros médicos atiendan. Esta situación resalta la tensión entre el personal médico y el gobierno, mientras el sector de salud continúa buscando soluciones a sus demandas laborales.
Por otro lado, Rubén Colque, director general de la Autoridad de Supervisión de la Seguridad Social de Corto Plazo (ASUSS), advirtió que se aplicarán descuentos y procesos administrativos a aquellos trabajadores que no asistan a sus puestos durante el paro, subrayando las consecuencias que pueden enfrentar los profesionales de la salud por participar en estas medidas de protesta.
