La directora del Servicio Secreto de EE.UU., Kimberly Cheatle, ha sido convocada para testificar el próximo 22 de julio en relación al atentado sufrido por el expresidente Donald Trump durante un mitin político en Butler, Pensilvania, el sábado 13 de julio de 2024. La citación fue realizada a través de una carta firmada por James Comer, director de Supervisión y Rendición de Cuentas en el Congreso, quien también compartió la carta en su cuenta de X.
James Comer destacó “la tremenda valentía” de los agentes del Servicio Secreto que estuvieron presentes en el acto. Estos agentes protegieron a Trump, neutralizaron al agresor y evitaron mayores daños entre el numeroso público presente, aunque el incidente resultó en dos muertos.
A pesar de la valentía de los agentes, ha habido críticas sobre la eficacia del Servicio Secreto. Muchas voces han cuestionado cómo un francotirador pudo situarse armado y sin ser detectado sobre un tejado a solo 163 yardas (aproximadamente 150 metros) del podio donde Trump estaba hablando. Varios expertos entrevistados por cadenas de televisión han señalado que, a esa distancia y con las armas disponibles en el mercado estadounidense, es relativamente fácil alcanzar un objetivo.
Además, considerando que el mitin de Trump había sido anunciado con varias semanas de antelación y no era un evento improvisado, resulta sorprendente que los agentes del Servicio Secreto no tuvieran tiempo suficiente para asegurar la zona y prevenir un ataque de este tipo. Las críticas han subrayado la necesidad de una investigación exhaustiva para entender las fallas en la seguridad y mejorar las medidas de protección en futuros eventos de alto perfil.
El testimonio de Kimberly Cheatle será crucial para aclarar los detalles del operativo de seguridad y las posibles lagunas que permitieron que ocurriera el atentado. La audiencia buscará respuestas sobre los procedimientos seguidos y las acciones tomadas por el Servicio Secreto para garantizar la seguridad de los líderes políticos y del público asistente.