El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, ha marcado una posición clara y diferenciada respecto a Evo Morales, el máximo dirigente del Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP). En una reciente entrevista concedida a la BBC, Arce subrayó que “Evo Morales nunca tuvo un opositor Evo Morales. Nosotros sí lo tenemos”. Esta declaración refleja las tensiones y la fractura dentro del MAS, especialmente en torno a las aspiraciones políticas de Morales.
Arce y Morales fueron aliados durante mucho tiempo. El actual mandatario fue ministro de Economía en los gobiernos de Morales desde 2006 hasta 2019. Morales, quien no pudo presentarse a las elecciones de 2020, apoyó a Arce en su candidatura presidencial, lo que resultó en su elección como presidente. Sin embargo, Arce ahora acusa a Morales de ser el responsable de fracturar el instrumento político del MAS debido a su insistencia en querer ser candidato nuevamente. “La terquedad de seguir siendo candidato es lo que está generando todo esto”, afirmó Arce, destacando que no coinciden en la manera en que Morales quiere llevar adelante el partido.
El presidente también señaló que las organizaciones sociales, fundadoras del MAS, han dado múltiples oportunidades a Morales para convocar un congreso según el estatuto del partido. “Tenemos una gran diferencia con el compañero Evo. Creemos que el instrumento debe retornar a manos de sus originales fundadores”, subrayó Arce.
El desacuerdo entre ambos líderes también se ha manifestado en el contexto de las elecciones judiciales. Arce destacó que los actores políticos del país acordaron no entorpecer el desarrollo del proceso electoral, pero Morales condicionó su apoyo a esta propuesta. Morales exigió que se reconociera el congreso de Lauca Ñ o que no hubiera plazo para la renovación de directivas en las organizaciones políticas. Ante la negativa a sus demandas, Morales se retiró y no firmó el acuerdo para viabilizar las elecciones judiciales. “Ahora vemos quién es el que verdaderamente obstaculizaba las elecciones judiciales”, advirtió Arce.
Además, Arce hizo hincapié en que Morales no solo le hace sombra desde el punto de vista opositor, sino también la derecha e intereses internacionales están en contra de su gobierno. A pesar de estos desafíos, el presidente aseguró que Bolivia sigue creciendo.
La fractura entre Arce y Morales marca un momento crucial en la política boliviana, donde el futuro del MAS y su liderazgo están en juego. Mientras Morales busca mantener su influencia y aspiraciones políticas, Arce aboga por un retorno a las raíces fundadoras del partido y una reconfiguración de su dirección.
