El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, ha delineado un ambicioso plan que requerirá entre 1.300 y 1.500 millones de dólares en inversiones para materializar el potencial del recién descubierto megacampo Mayaya Centro X1. Este anuncio, realizado a través de un video publicado en la página oficial del MHE en Facebook, destaca la necesidad de YPFB de presentar un proyecto integral. Este incluirá la perforación de pozos delimitadores, la construcción de instalaciones como plantas de procesamiento y la extensión de ductos para conectar con la infraestructura existente.
El pozo Mayaya X1, con una profundidad de 6.000 metros, promete un potencial significativo de 1,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas, con expectativas de alcanzar más de 6 TCF en total para el campo. Este descubrimiento ha generado optimismo en el sector petrolero, representado por empresarios como Carlos Delius, quien señaló que podría abrir una nueva frontera hidrocarburífera al norte del país, aunque advirtió sobre los desafíos económicos que conlleva la distancia a la infraestructura existente.
Delius enfatizó que, para asegurar la rentabilidad del proyecto, es crucial ajustar la ecuación económica, especialmente en términos de precios de venta del gas. Actualmente, los precios establecidos podrían no ser suficientes para financiar el proyecto, especialmente considerando la necesidad de construir una planta procesadora en el campo y extender los ductos hasta zonas como el Chapare o Santa Cruz.
Por otro lado, un exgerente de YPFB, que prefirió mantener su identidad en reserva, recordó los desafíos históricos enfrentados en el desarrollo de campos en el norte de La Paz y Beni hace varias décadas. Expresó preocupaciones sobre la viabilidad de las inversiones necesarias, especialmente si YPFB no cuenta con la capacidad financiera o técnica para afrontar estos proyectos de gran envergadura.
Además, el exejecutivo hizo un llamado a reconsiderar la actual Ley de Hidrocarburos para facilitar inversiones privadas, argumentando que la modificación de esta ley podría ser crucial para atraer el capital necesario sin temor a percepciones negativas. Añadió que las expectativas de YPFB de comenzar la producción en tres años podrían ser demasiado optimistas, señalando la complejidad técnica y los tiempos involucrados en la implementación de proyectos de esta magnitud.