En el 79º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Gobierno boliviano, a través de su canciller Celinda Sosa, aprovechó su intervención de 18 minutos para expresar su descontento con su predecesor, Evo Morales, en medio de las tensiones internas del partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS). La ausencia del presidente Luis Arce en este foro internacional, la primera desde que asumió el cargo, fue notable y se debió a la presión social que enfrentaba en Bolivia, lo que lo obligó a cancelar su viaje habitual a Nueva York. En su lugar, Sosa encabezó la delegación boliviana.
En su discurso, Sosa denunció los intentos de desestabilización del actual gobierno, tanto desde actores internos como externos, y defendió la solidez de la democracia boliviana. “Estamos seguros de que con el apoyo y el acompañamiento de todos ustedes mantendremos y vamos a fortalecer nuestra democracia y la institucionalidad de nuestro país”, afirmó al cierre de su intervención.
El MAS enfrenta actualmente un conflicto interno entre dos facciones: los partidarios de Luis Arce (arcistas) y los seguidores de Evo Morales (evistas). Este conflicto ha escalado, con Morales liderando recientemente una marcha en defensa del congreso partidario en Lauca Ñ, mientras Arce acusó a su predecesor de preparar un golpe de Estado. Aunque estas tensiones no se han resuelto, el conflicto fue llevado hasta la Asamblea de la ONU, demostrando la profundidad de la crisis dentro del partido gobernante.
Sosa destacó la resiliencia democrática del pueblo boliviano, afirmando que su espíritu democrático es “inquebrantable” y que el gobierno tiene como único objetivo garantizar un futuro de paz, estabilidad y progreso para el país.
Además de los asuntos internos, la canciller tocó temas de política internacional, pidiendo el levantamiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Cuba, Venezuela y Nicaragua, argumentando que estas medidas son injustas y afectan la solidaridad de estos países, particularmente Cuba, a quien calificó como “el país más solidario del mundo”. También condenó la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Sosa también abogó por Palestina, pidiendo que se respeten las fronteras establecidas en 1967 y denunciando que el pueblo palestino vive en una “gigantesca cárcel a cielo abierto” debido a los ataques que ha sufrido. Finalmente, hizo un llamado a una reestructuración profunda de las instituciones internacionales, como el Consejo de Seguridad de la ONU, para que sean más democráticas e inclusivas, reflejando mejor las necesidades y visiones de los países en desarrollo.