El expresidente Evo Morales expresó públicamente su agradecimiento a un grupo de militares, sin especificar nombres, por haberle informado sobre una orden de aprehensión que se había emitido en su contra. Además, señaló que el Gobierno había enviado un avión Súper Puma para trasladarlo desde el aeropuerto de Chimoré, en Cochabamba, hacia La Paz.
Durante su participación en el programa dominical de Radio Kawsachun Coca, Morales detalló que el pasado fin de semana había estado en Santa Cruz y que luego retornó a Cochabamba para dedicarse a labores agrícolas, como sembrar cítricos y alimentar a los tambaquís (peces de agua dulce). El 2 de octubre, cuando estaba a punto de salir del trópico de Cochabamba, sin mencionar su destino, recibió una llamada de militares que le informaron que sería detenido y que un avión Súper Puma estaba esperando en el aeropuerto de Chimoré para trasladarlo a la sede de gobierno.
Morales verificó la información y constató que, efectivamente, el avión estaba preparado. “Un saludo a los militares y policías por informarnos permanentemente. Yo no hago inteligencia, automáticamente son personas comprometidas con su país, no solo con el pueblo. El operativo estaba preparado para detenerme y llevarme a La Paz, presentarme como un gran delincuente. No pudieron, fracasaron”, relató el exmandatario.
Tras recibir la alerta sobre la orden de aprehensión emitida por la Fiscalía de Tarija, Morales informó que aproximadamente 40 cocaleros se movilizaron rápidamente hacia su domicilio para brindarle apoyo y protección. Asimismo, su equipo jurídico presentó una acción de libertad ante la justicia en Santa Cruz, lo que derivó, según Morales, en una persecución contra la jueza Lilian Moreno, encargada de revisar su caso.
En su intervención, Morales también acusó al presidente Luis Arce de estar detrás de estos movimientos legales y afirmó que el mandatario “pagó para seguir robando”. Además, reveló que en una reunión en Sucre, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, mencionó que la detención de Morales sería más conveniente si se realizaba en el extranjero, ya que en Bolivia no sería sostenible.
Morales también aseguró que las autoridades están planeando la extradición de Maximiliano Dávila con el objetivo de implicarlo en temas relacionados con narcotráfico y corrupción. A pesar de ello, manifestó que no han encontrado pruebas de esos delitos y que ahora se le acusa de estupro, un proceso que fue abierto durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez.
En relación con este último cargo, Morales explicó que mientras él estaba en Argentina, el proceso por estupro fue iniciado de oficio por el Ministerio de Justicia durante el mandato de Áñez. Sin embargo, el caso fue desestimado el 10 de diciembre de 2020 por el Juzgado de Instrucción Tercero en lo Penal en Yacuiba. Morales subrayó que nadie puede ser procesado más de una vez por el mismo hecho, incluso si se presentan nuevas circunstancias.
El líder cocalero afirmó que el proceso en su contra está cerrado y que no entiende por qué el ministro de Justicia, César Siles, ha presentado una nueva imputación, tachando esta acción como “totalmente forzada”. Además, Morales acusó a Siles de haber sido el principal impulsor de su inhabilitación como candidato a senador en las elecciones de 2020, y reveló que existen al menos cuatro procesos legales abiertos en su contra, incluyendo la denuncia por estupro.