Roger Mariaca Montenegro fue posesionado la tarde del martes 22 de octubre como Fiscal General del Estado, en una ceremonia liderada por el vicepresidente David Choquehuanca, quien actuó en su calidad de presidente nato de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Durante su juramento, Mariaca hizo la señal de la cruz, un gesto poco común en actos oficiales recientes. En su discurso, destacó su compromiso con la lucha contra tres problemas centrales en el país: la corrupción, la impunidad y la violencia de género.
Mariaca asumió el cargo con la promesa de abordar estos desafíos de manera firme y decidida. “Lucharé con firmeza y determinación para erradicar estos flagelos que tanto daño han causado a nuestra sociedad”, expresó. Su nombramiento fue sorpresivamente rápido, dado que la semana anterior el proceso de selección se había paralizado por demandas judiciales. Sin embargo, tras resolverse una de ellas, la comisión aprobó una lista de los diez postulantes con las mejores calificaciones, la cual fue remitida a la Asamblea. En menos de seis horas, los legisladores eligieron a Mariaca, y 24 horas después se realizó la ceremonia de posesión.
El vicepresidente Choquehuanca, en su intervención, subrayó el rol crucial del Fiscal General en la justicia del país, destacando la necesidad de equilibrio, sabiduría y templanza para resistir presiones externas. Por su parte, Mariaca agradeció a los asambleístas que apoyaron su elección. En la primera ronda de votación, obtuvo 83 votos, y en la segunda, alcanzó los 115 necesarios para los dos tercios.
No obstante, el proceso generó controversia entre los legisladores de oposición. La senadora Andrea Barrientos, de Comunidad Ciudadana (CC), denunció sin mencionar nombres que habría habido “compra-venta” de votos en la Asamblea para garantizar la designación de Mariaca. Estas acusaciones reflejan el tenso contexto político que rodea su elección.