En una reciente entrevista, Ronald Casso, gerente general de Boliviana de Aviación (BoA), rechazó las acusaciones realizadas por la diputada Janira Román, de Comunidad Ciudadana. La legisladora denunció que la aerolínea estatal había puesto en operación una aeronave con un motor en proceso de reparación, en referencia al incidente ocurrido el lunes en un vuelo que partía de Cochabamba.
El lunes, una aeronave de BoA con destino a Santa Cruz sufrió un percance tras detectarse fuego en uno de sus motores. Ante esta situación, la tripulación activó los protocolos de emergencia, y los 137 pasajeros y 7 tripulantes fueron evacuados de inmediato. Testigos relataron momentos de caos y pánico durante la evacuación.
Tras el incidente, BoA anunció la realización de una auditoría para esclarecer los hechos, lo que generó una amplia repercusión en medios y redes sociales. En este contexto, la diputada Román sostuvo que la aerolínea utilizó un motor que aún estaba en proceso de reparación.
Según la legisladora, el motor del avión siniestrado ingresó a mantenimiento el 31 de marzo de 2023 y su contrato de reparación ha sido modificado en cinco ocasiones, extendiendo el plazo de entrega hasta el 31 de enero de 2024. “El último contrato modificatorio de ampliación es del 12 de diciembre de 2024, en el cual se establece como fecha de entrega del motor reparado el 31 de enero”, afirmó Román.
Ronald Casso desmintió categóricamente estas declaraciones, calificándolas de «falsas y temerarias». Explicó que el motor mencionado por la diputada no pertenece a la aeronave involucrada en el incidente y que, en realidad, sigue en un taller especializado en Berlín, Alemania, donde se encuentra en la fase final de pruebas.
“La diputada hace una acusación irresponsable. Decir que BoA instaló un motor a medio reparar en una aeronave es totalmente falso. Hay un equipo de ingenieros, mecánicos y fabricantes que garantizan la seguridad de cada componente instalado en nuestras aeronaves”, enfatizó Casso.
Asimismo, aseguró que el mantenimiento de las aeronaves de BoA cumple con estrictos estándares internacionales y que la seguridad de los pasajeros es la prioridad absoluta de la aerolínea.
Casso detalló que el incidente fue clasificado como un «abortaje de despegue», una maniobra técnica ejecutada por el piloto tras recibir una alerta en la cabina que indicaba una posible falla en el motor derecho del avión.
El Boeing 737-700, con 137 pasajeros a bordo, aún no había alcanzado la velocidad necesaria para despegar con seguridad, por lo que el piloto decidió interrumpir la maniobra. “El procedimiento incluyó cortar el suministro de combustible, aplicar frenos a máxima presión y ejecutar una evacuación de emergencia debido a la presencia de humo en las ruedas”, explicó Casso.
Afortunadamente, no se reportaron heridos y todos los pasajeros, incluido un viajero con discapacidad física, fueron reubicados en otro vuelo con destino a Santa Cruz ese mismo día.
El gerente de BoA reconoció que incidentes como este afectan la percepción pública de la aerolínea, especialmente en un contexto en el que la empresa ha enfrentado retrasos y problemas operativos en los últimos meses. Sin embargo, aseguró que se están tomando medidas para corregir fallas y mejorar la eficiencia operativa.
Entre estas acciones, mencionó una auditoría integral realizada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la revalidación de certificaciones de seguridad bajo el estándar IOSA, considerado uno de los más rigurosos de la industria.
Finalmente, Casso explicó que BoA opera bajo condiciones especiales en Bolivia, con vuelos cortos y frecuentes que encarecen el mantenimiento y la operación de las aeronaves. No obstante, afirmó que el uso de sus aviones sigue cumpliendo con los estándares internacionales de seguridad y confiabilidad.