La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) ha iniciado una investigación sobre el incidente protagonizado por la aeronave CP-2923 de Boliviana de Aviación (BoA) en el aeropuerto Jorge Wilstermann de Cochabamba. Según informó el director de la DGAC, José Iván García, en conferencia de prensa este martes, las conclusiones preliminares de la investigación serán presentadas en un plazo de 30 días.
Como parte del proceso, se requerirá la participación del fabricante de la aeronave, Boeing, debido a que Bolivia no es un país de diseño y fabricación de aviones, sino únicamente de registro de matrícula. García explicó que ya se ha establecido contacto con la Unidad de Investigación de Accidentes de Norteamérica (ITV), entidad encargada de analizar este tipo de incidentes en la región.
El accidente ocurrió el lunes en el aeropuerto de Cochabamba, cuando el avión de BoA tuvo que abortar el despegue y los pasajeros fueron evacuados de emergencia ante el temor de una explosión.
García detalló que la investigación abarcará todos los aspectos operacionales del vuelo, incluyendo el análisis de las bitácoras de la aeronave y la tripulación, así como la labor del personal de tierra y los equipos de emergencia que intervinieron en el incidente. Además, señaló que organismos internacionales de regulación aeronáutica formarán parte del proceso investigativo.
En relación con la seguridad operacional, García indicó que se realizará una auditoría especial a la flota de BoA para evaluar si existió alguna irregularidad en los protocolos de mantenimiento, operación y entrenamiento de tripulaciones. De encontrarse fallos en estos procesos, se aplicarán las sanciones correspondientes.
El director de la DGAC también aclaró que actualmente BoA cuenta con una docena de aeronaves en operación y otras siete en mantenimiento. Asimismo, desmintió que el motor de la aeronave involucrada en el incidente estuviera en proceso de reparación, asegurando que aún tenía una vida útil de aproximadamente 4.000 despegues antes de requerir mantenimiento.