La justicia ha dictado una sentencia de 30 años de prisión, sin derecho a indulto, contra Iver Soruco Vera, de 19 años, tras hallarlo culpable del infanticidio de su hijastra de tan solo dos años. El crimen ocurrió durante el feriado de carnaval en una vivienda de la urbanización Valle Sánchez, en el municipio de Warnes, donde el padrastro golpeó brutalmente a la menor hasta causarle la muerte.
El fiscal a cargo del caso, Luis Alba, informó que Soruco Vera fue imputado por el delito de infanticidio y, en la audiencia realizada este miércoles, se sometió a un procedimiento abreviado en el que admitió haber cometido el crimen. Durante su declaración, el acusado confesó que asesinó a la niña por envidia, pues la consideraba un obstáculo en la relación sentimental que mantenía con la madre de la menor, con quien se había casado civilmente apenas 20 días antes del hecho.
El crimen fue descubierto el sábado 1 de marzo a las 21:30, cuando personal de la Defensoría de la Niñez alertó a la Policía sobre la presencia de una niña sin vida en el centro de salud Valle Sánchez. Los reportes médicos iniciales indicaron que la pequeña presentaba signos evidentes de violencia en la cabeza y el cuerpo.
«Al iniciar la investigación se conoció que el padrastro fue el único que estuvo a cargo de la menor la noche del hecho y luego de realizar la autopsia legal se estableció que el cuerpo de la víctima presentaba golpes en la cabeza», detalló el fiscal Alba.
Según el informe del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), la autopsia reveló que la causa de la muerte fue un edema cerebral, traumatismo encéfalo craneano y politraumatismo. Además, el cuerpo de la menor presentaba mordeduras, lo que evidenció la brutalidad del ataque.
