En un operativo conjunto de alto impacto desarrollado en el departamento de Santa Cruz, la Policía Boliviana logró la aprehensión de cuatro personas, entre ellas tres ciudadanos peruanos y una mujer boliviana, quienes estarían estrechamente vinculados a la organización criminal internacional conocida como “Los Injertos del Cono Sur”. Esta banda delictiva es señalada por su participación en delitos graves como sicariato, extorsión y secuestro en el vecino país del Perú.
El viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, informó que esta acción fue el resultado de un trabajo de inteligencia y coordinación transnacional entre las fuerzas del orden de Bolivia y la Policía Nacional del Perú, en el marco de la denominada “Operación 200”. La captura representa un golpe significativo contra esta estructura criminal que, según las investigaciones, operaba desde Bolivia como centro logístico y financiero.
“Estos sujetos en el hermano país de Perú realizan sicariato, extorsión y secuestro. Los últimos hechos están vinculados al asesinato de un cantante del grupo Armonía 10 y de un niño de seis años”, señaló Aguilera, evidenciando la peligrosidad del grupo y la gravedad de sus crímenes.
De acuerdo con los reportes oficiales, los extorsionadores exigían a los operadores del transporte público en Perú pagos iniciales de 100.000 soles (más de 190.000 bolivianos), seguidos de cuotas diarias de 10 soles para permitirles continuar operando sin represalias. Las ganancias ilícitas eran transferidas a Bolivia a través de plataformas como Western Union, siendo recibidas por Lizeth Albina Cruz Ruiz, quien se desempeñaba como administradora financiera de la organización en territorio boliviano.
Cruz Ruiz, identificada como ciudadana peruana, habría falsificado documentos de identidad para presentarse como boliviana, facilitando así sus movimientos y transacciones dentro del país. Junto a ella operaba Eric Luis Moreno Hernández, alias “El Monstruo”, principal cabecilla de la banda, cuya ubicación ha sido determinada en múltiples ocasiones mediante tecnología de georreferenciación.
Durante los allanamientos ejecutados en las calles Campero, Arenales y Bolívar de Santa Cruz, las autoridades confiscaron una réplica de fusil AR-15, chalecos tácticos, municiones de guerra y dispositivos móviles con información clave sobre las actividades ilícitas del grupo. “La réplica del arma era utilizada para infundir temor en las víctimas, quienes no podían distinguir que se trataba de un arma de fogueo”, detalló el viceministro.
Aguilera también reveló que la pareja de Cruz Ruiz ingresó al país al menos en cuatro ocasiones durante el último año, utilizando identidades falsas y modificando constantemente su ubicación para evadir a las autoridades. Esta modalidad de operación refleja cómo las organizaciones criminales transnacionales aprovechan las debilidades fronterizas y la falta de controles efectivos para expandir sus actividades delictivas.
Con este operativo, la Policía Boliviana afirma haber desmantelado una célula operativa clave de la banda “Los Injertos del Cono Sur”, debilitando significativamente su capacidad de actuar en la región. “La criminalidad organizada aprovecha nuestras vulnerabilidades fronterizas, pero esta coordinación demuestra que una acción conjunta puede frenar estas redes internacionales”, concluyó Aguilera.