En un hecho que ha conmocionado profundamente a la comunidad de Pedro Lorenzo, en el municipio de La Guardia, Luis Adrián Pérez Carrillo, de 18 años, fue sentenciado en menos de 48 horas a dos penas máximas de 30 años de prisión, tras confesar su responsabilidad en los delitos de asesinato y violación agravada, además de tentativa de infanticidio. Los crímenes ocurrieron durante un fin de semana trágico que dejó huellas imborrables en la población.
El joven enfrentó dos audiencias de procedimiento abreviado. La primera se realizó el lunes 23 de junio, en la que fue condenado a 30 años de cárcel por violación agravada y tentativa de infanticidio, delitos cometidos contra su prima de nueve años. La segunda audiencia tuvo lugar este martes 24 de junio, donde fue sentenciado nuevamente a 30 años, esta vez por el asesinato de su amigo Jhonny Fernández Alcoba, de 21 años.
Durante la audiencia de este martes, Pérez, visiblemente afectado, se dirigió al juez y a los familiares de las víctimas en un intento por expresar su arrepentimiento. “Ante todo quisiera pedirle perdón a mi mamá, a la familia, a los amigos. En mi sano juicio no sé qué me pasó. Todos ustedes saben, yo no tenía este comportamiento, nunca lo tuve. De todo corazón les pido perdón a todos. Igual voy a pagar ahí, donde voy a ir (en la cárcel)”, dijo el joven, asegurando que los crímenes los cometió bajo los efectos del alcohol.
El relato de los hechos es estremecedor. Según la investigación del Ministerio Público, la tragedia comenzó la noche del viernes 21 de junio y se prolongó hasta la madrugada del sábado 22. Pérez estaba consumiendo bebidas alcohólicas junto a su amigo Jhonny. En un momento, tras una discusión, tomó un hacha y lo atacó brutalmente, asestándole golpes mortales en la cabeza. Luego arrastró el cuerpo sin vida hasta un pozo séptico vacío, lo arrojó allí y lo cubrió con una carpa, intentando ocultar el crimen.
Lo más aterrador sucedió después. La prima del autor, de tan solo nueve años, presenció el asesinato. En un intento por eliminar a la testigo, el joven la golpeó en la cabeza, la violó y creyéndola muerta, también la arrojó al pozo. Sin embargo, la menor logró sobrevivir: recobró el conocimiento, pidió ayuda y fue rescatada por vecinos que alertaron a la Policía, logrando evitar una tragedia aún mayor.
La fiscal Fabiola Paco precisó que, aunque Pérez recibió dos penas de 30 años cada una, en Bolivia las sentencias no se suman, por lo que el joven cumplirá solo una condena máxima de 30 años en el penal de Palmasola. “No es una excusa estar en estado de embriaguez para cometer estos hechos. El imputado se acogió a un procedimiento abreviado tras confesar los crímenes y recibió dos sentencias”, indicó la representante del Ministerio Público.