En un hecho sin precedentes en el escenario político boliviano, tres de los principales candidatos a la Presidencia —Manfred Reyes Villa, Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga— sellaron un acuerdo político de gobernabilidad con el sector agropecuario, comprometiéndose a respaldar al ganador de los comicios del próximo 17 de agosto y a articular políticas conjuntas con los productores. Este compromiso se dio durante el Foro Agropecuario 2025, organizado por la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), en Santa Cruz.
El pacto contempla la eliminación del control estatal en el agro, el impulso de leyes consensuadas con el sector productivo y el compromiso de articular acciones para enfrentar la crisis económica que atraviesa el país. Los postulantes se comprometieron públicamente a garantizar reglas claras, libertad para producir y exportar, y un entorno propicio para la inversión y el crecimiento.
El foro reunió a los principales líderes políticos de la oposición, pero se vio marcado por la notoria ausencia de Andrónico Rodríguez, el candidato del bloque de izquierda y representante del oficialismo. Su silla vacía fue comentada por los organizadores y utilizada por los candidatos presentes como un símbolo del distanciamiento del actual aparato estatal con el sector productivo.
“Nos hubiera gustado que esté aquí. Seguramente hubiera respondido ‘no’ a todo lo que ustedes piden”, ironizó Reyes Villa durante su intervención.
Durante el evento, cada uno de los aspirantes planteó su visión para un nuevo modelo económico con el agro como protagonista:
Manfred Reyes Villa calificó los comicios como “una decisión crucial para no perder el tren del desarrollo”. Propuso una Bolivia industrializada impulsada por el sector privado y aseguró que ya tiene compromisos para atraer hasta 10.000 millones de dólares en inversiones. “Tenemos que dejar de pensar que el Estado puede hacerlo todo. Ustedes son los que deben industrializar, producir y generar empleo”, expresó.
Samuel Doria Medina advirtió sobre la magnitud de la crisis: “Estamos ante la peor crisis económica en 40 años. La gente ya no llega a fin de mes”. Prometió resolver en 100 días el problema de la escasez de carburantes y de dólares, y anunció un ambicioso plan para generar un millón de nuevos emprendimientos en cinco años. “Los emprendedores no postergamos decisiones, actuamos. Ese es el tipo de liderazgo que Bolivia necesita”, afirmó.
Jorge “Tuto” Quiroga apeló a la memoria histórica: “Hemos vivido 20 años de noche. El amanecer debe comenzar el 17 de agosto”. Planteó devolver la estabilidad económica desde el inicio de su mandato mediante un plan de emergencia con financiamiento externo y la liberación total de las exportaciones. “El agro no será más la yapita del gas o la minería, será el tronco del nuevo modelo económico”, sentenció.
Uno de los momentos más simbólicos de la jornada fue cuando los tres candidatos se comprometieron sin condiciones a respaldar la gobernabilidad del ganador de las elecciones y a trabajar de la mano con el sector agropecuario en la construcción de políticas de Estado. Interrogados por la moderadora sobre su disposición a coordinar con el agro, los tres respondieron afirmativamente.
Desde la CAO, su presidente Klaus Frerking destacó que el foro fortaleció la democracia y devolvió a los ciudadanos herramientas para elegir con mayor responsabilidad. “Desde el agro haremos un seguimiento firme. Bolivia necesita menos discursos y más acciones”, advirtió durante su intervención final.
Los organizadores del evento anunciaron que se plasmarán en un documento físico todos los compromisos asumidos, que servirá como base para fiscalizar al próximo Gobierno.
El sector productivo aprovechó el foro para dejar en claro sus principales demandas: fin de los controles estatales, eliminación de cupos, libertad de exportación y un entorno sin empresas estatales deficitarias. Los productores aspiran a ser el motor de una nueva Bolivia que deje atrás la escasez y la incertidumbre que hoy la aquejan.
Con la cuenta regresiva hacia las elecciones del 17 de agosto en marcha, el agro marcó el tono del debate político y dejó un mensaje inequívoco: la producción y la libertad económica deben estar en el centro del futuro del país.
