Ernesto Justiniano Urenda volvió a integrarse al Órgano Ejecutivo del país, esta vez como nuevo viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, luego de ser posesionado la tarde de este martes por el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo.
Justiniano, quien fue zar antidrogas durante el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, ocupará el cargo que hasta hace poco desempeñaba Jaime Mamani, en la gestión del presidente Luis Arce Catacora.
Durante el acto de posesión, la nueva autoridad expresó su compromiso con una gestión basada en la transparencia y la búsqueda de soluciones realistas en la lucha contra el narcotráfico.
“Vuelvo al servicio público con la serenidad que dan los años, para construir soluciones realistas, transparentes y sin ideologías en la lucha contra las drogas. Nuestra patria atraviesa un momento en el que ningún boliviano con conciencia puede permanecer indiferente”, manifestó Justiniano tras asumir sus funciones.
El nuevo viceministro, nacido en Santa Cruz en 1969, es ingeniero de profesión y cuenta con una amplia trayectoria política. Fue candidato a alcalde y a diputado durante el periodo 2006-2010, además de desempeñar cargos vinculados a temas de seguridad y desarrollo social.
En su discurso, Justiniano afirmó que asume esta nueva responsabilidad con la determinación de servir al país con “experiencia, solvencia técnica y moral”.
“Sabemos que la tarea es exigente: enfrentar al narcotráfico, fortalecer nuestras instituciones y proteger a la sociedad, requiere decisión, coordinación y coraje”, señaló.
Asimismo, destacó que su gestión promoverá una cooperación internacional inteligente, basada en el respeto mutuo y en la obtención de resultados concretos, dejando de lado viejas prácticas de subordinación.
Sin hacer referencia directa a instituciones como la DEA, enfatizó que el narcotráfico no reconoce fronteras, por lo que Bolivia debe mantener una relación activa con el resto del mundo:
“Bolivia debe estar en el mundo y el mundo en Bolivia”, afirmó.
En cuanto a la hoja de coca, el viceministro reconoció su valor cultural y simbólico dentro de la identidad boliviana, pero remarcó la necesidad de combatir los excedentes ilegales mediante orden, tecnología y desarrollo alternativo, evitando la represión indiscriminada.
“El productor legal de coca será nuestro aliado. El enemigo es el narcotráfico”, concluyó.







