La noche del domingo, el comandante de Bomberos Pavel Tobar confirmó el hallazgo del cuerpo de Camila, una niña de cinco años que había sido reportada como desaparecida tras el deslizamiento de lodo que afectó a la zona de Bajo Llojeta, en La Paz. El cuerpo fue encontrado bajo los escombros en la casa donde quedó atrapada durante la mazamorra. Las labores de rescate comenzaron de inmediato para remover el lodo, que ya empezaba a sedimentarse, utilizando incluso las luces de celulares debido a la falta de energía en la zona.
Camila y su familia habían llegado el sábado a la casa de un pariente cuando ocurrió la tragedia. Mientras sus familiares lograron refugiarse en el piso superior de la vivienda, la niña no alcanzó a subir. Fue la única persona desaparecida tras el torrente de lodo.
El suceso movilizó a un equipo de más de diez bomberos del grupo Antofagasta, quienes enfrentaron condiciones adversas para llevar a cabo las labores de rescate. Tanto el alcalde de La Paz, Iván Arias, como el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, se comprometieron a intensificar los esfuerzos para localizar a la niña. Sin embargo, su familia, resignada, asumió su fallecimiento al ver el primer piso de la vivienda completamente cubierto de lodo.
El desastre fue provocado por un aguacero torrencial el sábado, que desbordó el río Pasajahuira y generó una mazamorra que cubrió al menos 40 viviendas. Durante la madrugada del domingo, las autoridades continuaron trabajando para devolver el cauce del río a su curso original y atender las necesidades de las familias afectadas.