El presidente Luis Arce recibió este jueves el pliego petitorio de la Central Obrera Boliviana (COB), en el cual se plantea, como una de sus principales demandas, un incremento salarial del 15% al salario mínimo nacional y del 20% al haber básico para este año. Ante esta solicitud, el mandatario deslizó la posibilidad de una «nivelación» de los salarios y apuntó a los empresarios como responsables del incremento en los precios de los productos de la canasta familiar.
Arce anunció la conformación de cuatro mesas de trabajo para discutir el incremento salarial con el objetivo de “garantizar la estabilidad de los trabajadores”, pero también de evaluar una “compensación justa” para los sectores afectados por las dificultades económicas.
El jefe de Estado afirmó que el Gobierno estaba preocupado por la subida de precios y que ya había advertido que esto “iba a generar presión en el sector trabajador”, obligándolo a exigir mejoras salariales. “Los empresarios que han estado detrás de estos incrementos hoy comprenderán por qué nos inquietaba bajar estos precios, porque ahora la presión vendrá sobre ellos mismos con el aumento salarial”, enfatizó.
Según el mandatario, varios empresarios conocían la preocupación del Ejecutivo sobre la especulación de precios a través de reuniones con los ministerios correspondientes. Ahora, con la demanda de la COB sobre la mesa, los empleadores deberán enfrentar la presión del sector laboral para mejorar su poder adquisitivo.
Los empresarios privados rechazaron las declaraciones de Arce y advirtieron que el país atraviesa un momento crítico, agravado por políticas gubernamentales que han afectado la producción. Entre ellas, mencionaron la suspensión de exportaciones y la escasez de combustibles, factores que, según su criterio, han golpeado a la economía nacional.
Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (Cadex), expresó la preocupación del sector privado y sostuvo que la responsabilidad de buscar soluciones a la crisis económica recae en el Gobierno.
“La población va al mercado y no puede comprar alimentos como antes, y no es culpa del productor. Nosotros no especulamos ni subimos precios, buscamos ser más eficientes y competitivos para seguir produciendo y generar dólares para los bolivianos”, argumentó Barriga.
Asimismo, criticó los aumentos salariales de los últimos años, calificándolos de “irresponsables” y señalando que han perjudicado la sostenibilidad de la cadena productiva. También advirtió que las restricciones a las exportaciones y la falta de combustible afectan la producción y distribución de alimentos en el país.
“El gran problema de este Gobierno es echarle la culpa a otros en lugar de asumir sus responsabilidades”, sentenció el representante empresarial.
