El vocero del Comando Departamental de la Policía en Potosí, Limbert Choque, confirmó la gravedad del ataque sufrido por un contingente policial en el municipio de Llallagua, donde comunarios identificados como parte de ayllus evistas habrían emboscado a los uniformados con armas de fuego, incluyendo armas largas, y dinamita.
“Lastimosamente nuestro contingente policial que estaba apoyando en las operaciones fue recibido con dinamitas y armas de fuego. Nuestra Policía ingresó con equipo y armamento no letal (agentes químicos); sin embargo, los comunarios hicieron uso de armas de fuego y armas largas”, explicó Choque durante una conferencia de prensa la noche del miércoles, reflejando la intensidad de la violencia vivida en esta segunda jornada de conflicto.
El saldo de esta emboscada fue trágico. El teniente Brayan Barrozo Rodríguez falleció a causa de un impacto de bala, mientras que el subteniente Carlos Enrique Apata Tola fue hallado sin vida en un río, con signos visibles de haber sido brutalmente agredido. Ambos formaban parte del grupo que fue atacado mientras cumplía labores de desbloqueo en las vías de acceso a Llallagua.
Asimismo, el capitán Daynor Miranda Blanco resultó gravemente herido por disparos y se encuentra con diagnóstico reservado. Fue trasladado inicialmente a la Caja Nacional de Salud, y posteriormente derivado a un centro hospitalario en Oruro, donde permanece bajo observación médica en estado crítico.
El portavoz policial señaló que las autoridades se mantienen en estado de alerta y en espera de actualizaciones. “Tenemos dos grupos desplegados, uno en Llallagua y otro en la carretera. Esperamos no tener más víctimas fatales. Por ahora no hay un reporte oficial, pero sabemos que hay varios policías heridos”, informó Choque.
El hecho ocurrió pasado el mediodía del miércoles 11 de junio, cuando un contingente de policías proveniente de La Paz y Potosí, que había llegado previamente a Oruro para reorganizarse y coordinar acciones, se dirigía hacia Llallagua con el objetivo de liberar las vías bloqueadas. Sin embargo, en plena carretera fueron sorprendidos por comunarios armados, quienes aparentemente se ocultaban en zonas elevadas cercanas al camino, desde donde abrieron fuego.
Informes preliminares indican que el ataque no solo fue violento, sino altamente planificado, considerando el uso de armas letales y explosivos. La agresión dejó sin posibilidad de defensa a los uniformados, quienes portaban únicamente agentes químicos como medios de disuasión.
Esta emboscada forma parte de una escalada de violencia en la región, donde grupos afines al expresidente Evo Morales, conocidos como “evistas”, han intensificado sus medidas de presión en el marco de un conflicto político interno que ha derivado en bloqueos, enfrentamientos y, ahora, pérdida de vidas humanas.
Las imágenes y testimonios difundidos hasta el momento han causado conmoción en la opinión pública. La Policía Boliviana lamentó la pérdida de sus efectivos y continúa investigando los hechos, mientras que se espera un pronunciamiento oficial por parte del Ministerio de Gobierno y de la Fiscalía para esclarecer responsabilidades y determinar acciones legales contra los autores materiales e intelectuales del ataque.