La zona de Bajo Llojeta, en La Paz, enfrenta una emergencia tras un deslizamiento de tierra que generó una mazamorra devastadora, afectando a más de 40 viviendas y dejando heridas a más de 20 personas. La tragedia, causada por movimientos de tierra no autorizados, también tiene como saldo la desaparición de una niña, según informó Juan Pablo Palma, secretario municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades.
El incidente se originó la noche del sábado tras intensas lluvias que provocaron que lodo, piedras y agua descendieran desde el cementerio privado Los Andes, donde se habían realizado trabajos sin autorización que bloquearon un embovedado. Según el padre de la menor, ella es la menor de tres hermanitos y fue la única que no pudo ser evacuada.
Bomberos, equipos de rescate municipales y voluntarios trabajan incansablemente en la búsqueda, mientras las autoridades descartan por el momento otros desaparecidos.
Este domingo, el presidente Luis Arce y el alcalde de La Paz, Iván Arias, inspeccionaron el lugar de la tragedia. Arce llevó 1.7 toneladas de ayuda humanitaria para las familias afectadas y se comprometió a una investigación exhaustiva para identificar y sancionar a los responsables de los movimientos de tierra no autorizados.
“Esto no puede quedar así. Hay que hacer todas las investigaciones necesarias. No puede haber este tipo de acciones que ponen en riesgo la vida de los bolivianos”, afirmó el mandatario mientras escuchaba a los vecinos damnificados, quienes entre lágrimas solicitaron mayor apoyo.
El lodo y los escombros avanzaron más de un kilómetro desde la avenida Los Sargentos hasta el puente Pasajahuira, inundando viviendas y atrapando a familias. Muchas personas buscaron refugio en los techos y terrazas, siendo rescatadas por equipos de emergencia.
Por el frío intenso y la lluvia persistente, más de diez personas sufrieron hipotermia y fueron trasladadas a hospitales municipales.
En coordinación con la Alcaldía, Defensa Civil y el Ejército, se habilitó un albergue en la sede social de la zona para las familias que perdieron sus hogares. Paralelamente, los trabajos de limpieza y evaluación de daños continúan, mientras los vecinos buscan consuelo tras la tragedia.