El presidente Rodrigo Paz sostuvo este martes una reunión con la dirigencia nacional de la Confederación Sindical de Choferes de Bolivia, en la que reconoció dificultades en la provisión de diésel y advirtió que el país atravesará medidas económicas que implicarán sacrificios para la población, los cuales —según afirmó— “van a doler”. No obstante, evitó brindar detalles específicos sobre las acciones que se prevé implementar.
El encuentro se realizó en Casa Grande y contó con la presencia de una numerosa delegación de transportistas liderada por su máximo dirigente, Lucio Gómez. Paz estuvo acompañado por varias autoridades de su gabinete, entre ellas el ministro de Obras Públicas, Mauricio Zamora.
Durante la reunión, el mandatario admitió que existen problemas en el abastecimiento de diésel, aunque aseguró que se trata de una situación transitoria y comprometió su pronta solución. En ese contexto, cuestionó las medidas de protesta asumidas en algunos sectores, como el bloqueo registrado en la ciudad de El Alto, señalando que durante años se realizaron largas filas para cargar combustible sin mayores reclamos.
“El día de mañana me pueden colgar, pero no va a cambiar en nada la economía. La economía nos la han dejado destrozada, y aquí todos los sectores tenemos que ponernos juntos a hacer los esfuerzos para sacar el país y empezar a caminar, empezar a reactivar nuestra economía”, reflexionó el presidente ante los transportistas.
Paz atribuyó la crítica situación económica del país a la corrupción y a una mala gestión de gobiernos anteriores, señalando que el daño causado es profundo y que la recuperación no será sencilla. En ese marco, adelantó que se vienen decisiones difíciles que exigirán esfuerzos conjuntos.
“Estamos nosotros los que realmente vamos a cambiar esta economía. Va a haber sacrificios, hermanos, va a doler en ciertas cosas, pero yo creo que en el corto plazo, si nos ordenamos, vamos a salir adelante y ya no hay retorno al pasado”, advirtió. Añadió que el camino hacia el futuro no será fácil, pero insistió en que existe una oportunidad para reconstruir el país con el aporte de todos los sectores.
En relación con la subvención a los combustibles, que continúa vigente en Bolivia y representa una pesada carga para las finanzas públicas, el presidente explicó que los hechos de corrupción generaron un daño económico de hasta 1.000 millones de dólares anuales, debido al desvío ilegal del diésel subvencionado.
Asimismo, Paz anunció que el Gobierno apostará por la modalidad de concesiones para la construcción de carreteras, ante la falta de recursos y divisas en el país. Detalló que este mecanismo permitirá que empresas privadas construyan, financien, operen y mantengan las vías por un periodo determinado, recuperando su inversión mediante el cobro de peajes.
“Todas las gestiones que estoy haciendo para carreteras, para proyectos, sobre todo camineros, van a haber algunos proyectos concesionados. O sea, que venga plata de afuera, plata nuestra; si el transportista quiere participar, vamos a hacer carreteras concesionadas para que se pueda construir, porque dólares no hay en Bolivia”, explicó el mandatario.
Por su parte, el dirigente Lucio Gómez valoró los resultados del encuentro y afirmó que el presidente comprendió las demandas y necesidades del sector transporte. Según detalló, el Gobierno se comprometió a regularizar el suministro de combustibles y a abordar otros temas sensibles para los choferes.
“El presidente se comprometió a que se va a regularizar el combustible, y se tocará Impuestos Nacionales, Aduana y el SOAT. También se formó una comisión con el Ministerio de Obras Públicas para ver el tema de carreteras, y otra con el Ministerio de Gobierno para tratar aspectos de Diprove, Tránsito, Policía Caminera y Recaudaciones”, informó Gómez.
