El exdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) de Bolivia, Maximiliano Dávila Pérez, podría recibir una condena de cadena perpetua en Estados Unidos luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia autorizara su extradición este miércoles. Dávila, quien lideró la FELCN durante el gobierno de Evo Morales, está acusado por la justicia estadounidense de colaborar con una organización criminal que refinaba cocaína en Bolivia para exportarla a mercados internacionales.
La solicitud de extradición fue presentada por el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, que acusa a Dávila de dos graves delitos: asociación delictuosa para importar sustancias controladas y asociación delictuosa para el manejo de armas vinculadas al narcotráfico. Según el presidente del TSJ, Marco Jaimes, el primero de estos cargos conlleva una pena de entre 20 años y cadena perpetua, mientras que el segundo tiene una sanción de entre 10 y 20 años.
El caso contra Dávila se enmarca en el esfuerzo internacional por desmantelar redes de narcotráfico que operan en la región andina. Las autoridades estadounidenses alegan que Dávila facilitaba operaciones que involucraban la cristalización de cocaína en Bolivia, utilizando sus conexiones y poder para respaldar las actividades ilícitas.
Dávila fue aprehendido el 22 de enero de 2022 en Villazón, Potosí, mientras intentaba cruzar la frontera hacia Argentina. En febrero del mismo año, fue enviado al penal de San Pedro bajo detención preventiva por el delito de legitimación de ganancias ilícitas, un cargo que en Bolivia conlleva penas de entre 5 y 10 años de prisión.
Sin embargo, el presidente del TSJ señaló que las sanciones previstas en Bolivia son significativamente menores en comparación con las penas que podría enfrentar en Estados Unidos. Este factor fue crucial para justificar la autorización de su extradición.
La extradición de Dávila no solo marca un hito en la cooperación judicial entre Bolivia y Estados Unidos, sino que también destaca las profundas tensiones políticas y judiciales vinculadas al narcotráfico en la región. Dávila, quien alguna vez fue presentado como un líder en la lucha antidrogas, ahora enfrenta acusaciones que podrían convertirlo en un símbolo de las complicidades entre estructuras estatales y el narcotráfico.