El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, no tardó en contestar a las acusaciones del exministro Carlos Romero, quien recientemente señaló que el gobierno de Luis Arce había montado un show político con el presunto intento de golpe de Estado liderado por el excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga.
Romero, conocido por su papel durante la gestión del expresidente Evo Morales, calificó el incidente como un montaje para desviar la atención de los problemas reales del país. Afirmó que no existieron condiciones para considerarlo un golpe de Estado genuino y criticó la respuesta del gobierno, insinuando falta de orden y coordinación.
En respuesta, Del Castillo recordó el rol de Romero durante los conflictos sociales de 2019, los cuales llevaron a la renuncia de Evo Morales y fueron etiquetados por el partido oficialista como un golpe de Estado. El ministro acusó a Romero de haber adoptado una postura pasiva en aquellos momentos críticos y sugirió que rezar no fue una respuesta adecuada para enfrentar la crisis política.
“En 2019, la principal misión de Carlos Romero era proteger el Estado democrático. Debió liderar en lugar de quedarse pasivo. La única manera de detener un golpe de Estado es defendiendo al pueblo boliviano en su conjunto, no rezando como lo hizo Romero. Esto se enfrenta con valentía y compromiso”, enfatizó Del Castillo.
El ministro también aprovechó la oportunidad para presentar detalles sobre el asalto militar del miércoles, donde Zúñiga y un grupo de militares llegaron a la Plaza Murillo, generando tensiones y escaramuzas que fueron gradualmente controladas tras la decisión presidencial de reestructurar todo el mando militar.
En resumen, la respuesta de Del Castillo no solo desmintió las acusaciones de Romero sobre un autogolpe, sino que también reafirmó la posición del gobierno de Arce en defender la democracia y la estabilidad constitucional frente a cualquier intento de desestabilización.