El nuevo Gobierno de Bolivia, encabezado por el presidente Rodrigo Paz, anunció este sábado que tiene previsto retirar el subsidio a los combustibles de manera “ordenada” con el objetivo de evitar su desvío hacia el contrabando y garantizar el abastecimiento interno. La información fue brindada por José Luis Lupo, miembro del equipo económico del mandatario, durante declaraciones a medios nacionales e internacionales, entre ellos EFE.
“Se va a levantar [el subsidio] de la mejor forma posible. No podemos seguir fomentando que el combustible se lo lleven de contrabando y se favorezcan unos cuantos sinvergüenzas. Se va a levantar el subsidio de una forma ordenada y protegiendo a los más vulnerables”, indicó Lupo, sin detallar la metodología ni si los ajustes serán graduales o inmediatos.
El economista explicó que la subvención al diésel y a la gasolina, vigente desde hace más de dos décadas, implica que la población boliviana financia un litro que cuesta actualmente 3,70 bolivianos (0,54 dólares). Sin embargo, advirtió que el subsidio no genera beneficios para el país, sino que favorece la reventa de combustibles en mercados vecinos a precios más altos, representando un gasto anual superior a 2.000 millones de dólares.
Según Lupo, el retiro de la subvención está vinculado con la “consolidación fiscal”, la reducción del déficit, la sostenibilidad de la deuda externa, la estabilidad financiera y, principalmente, con asegurar el abastecimiento de combustibles en el territorio nacional. Además, destacó que las medidas económicas se aplicarán con “sentido de urgencia” y de manera inmediata, procurando que la transición hacia un nuevo esquema de precios no afecte a los sectores más vulnerables.
El asesor económico señaló que la estabilidad buscada por la Administración de Paz no se limita únicamente al ámbito financiero o cambiario, sino que también tiene un componente social, mediante mecanismos de protección dirigidos a los ciudadanos de menores ingresos.
Lupo acompañó al presidente Paz durante su reciente visita a Estados Unidos, donde se reunió con altos funcionarios de la Administración de Donald Trump y con ejecutivos de organismos multilaterales para abordar la profunda crisis económica que enfrenta Bolivia. Con una amplia trayectoria, Lupo ha sido ministro en cinco ocasiones durante los gobiernos de Jaime Paz Zamora, Hugo Banzer y Jorge Tuto Quiroga, además de desempeñarse en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF), ocupando altos cargos en la región del Cono Sur.
Bolivia atraviesa desde inicios de 2023 una sostenida falta de divisas, coincidente con la caída de las reservas internacionales netas (RIN). La escasez de combustibles ha provocado constantes crisis de abastecimiento y el aumento de los precios, afectando la economía cotidiana de los ciudadanos.
El sábado, Rodrigo Paz asumió la presidencia como el mandatario número 74 de Bolivia. En su discurso de posesión, describió un país en crisis: “está devastado, con la economía quebrada y un Estado paralizado, un monstruo burocrático incapaz de servir al pueblo”. Además, criticó las “filas interminables” de vehículos en busca de combustible, los “mercados vacíos” y los salarios insuficientes, en referencia a la gestión de los Gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales y Luis Arce.







